Colectivos, sindicatos y organizaciones indígenas de Oaxaca se reunieron en la Asamblea por la Reconstitución del Movimiento Social para denunciar el avance del autoritarismo, los megaproyectos y la violencia de género, y acordaron una agenda de articulación y movilización desde abajo y a la izquierda.
Por Redacción / @Somoselmedio
Oaxaca de Juárez, 17 de julio de 2025.– En el auditorio “Enedino Jiménez”, en el ex Marquesado de la capital oaxaqueña, se llevó a cabo la Asamblea por la Reconstitución del Movimiento Social en Oaxaca. El encuentro reunió a 336 participantes de más de 60 comunidades, colectivos, organizaciones sociales y sindicales provenientes de distintas regiones del estado. La jornada se desarrolló a través de mesas de trabajo, paneles y plenarias donde se reflexionó sobre la memoria histórica de las luchas populares en Oaxaca, así como sobre los retos que enfrenta el movimiento social en el contexto actual.
Durante el encuentro se reconoció que, a lo largo de más de cinco siglos, los pueblos originarios han sostenido luchas ininterrumpidas contra el despojo, la colonización y la opresión. Desde los movimientos guerrilleros y estudiantiles de los años setenta, pasando por la insurgencia magisterial de los ochenta, hasta la emblemática Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) en 2006, la entidad ha mantenido una destacada tradición de lucha social que hoy exige reorganización y unidad ante los nuevos embates del poder.
En la actualidad, las comunidades y organizaciones participantes coincidieron en que los gobiernos estatal y federal representan una continuidad del modelo neoliberal. A través de políticas asistencialistas, estrategias de cooptación, represión, criminalización, militarización y desmantelamiento de los servicios públicos, se perpetúa un sistema que privilegia el despojo de los territorios y el control social. Señalaron que los megaproyectos como el Corredor Interoceánico, la minería y la privatización de playas y cuerpos de agua, además del crecimiento de la violencia, constituyen una grave amenaza para los pueblos y ecosistemas de Oaxaca.
La situación se agrava aún más con la discriminación estructural hacia las diversidades sexo-genéricas, quienes enfrentan cotidianamente la negación de derechos y la violencia institucional. También se denunció el aumento alarmante de feminicidios en el estado y la represión ejercida contra las movilizaciones feministas, como lo ocurrido el pasado 8 de marzo, cuando mujeres fueron agredidas por elementos policiales durante la jornada de protesta.
Frente a este escenario, las y los participantes asumieron la necesidad urgente de reconstituir el movimiento social desde abajo, de forma horizontal, crítica, incluyente y con fuerte presencia de mujeres y diversidades. La asamblea estableció que el primer paso para esta rearticulación es la recuperación de la memoria histórica de las luchas de los pueblos de Oaxaca. También plantearon la necesidad de mantener el diálogo fraterno y maduro entre los distintos actores del movimiento social para superar el sectarismo, el oportunismo y las divisiones internas que han debilitado sus fuerzas.
Las y los participantes afirmaron que la defensa del cuerpo y la identidad, especialmente en el caso de las mujeres y las disidencias, es una prioridad como primer territorio de lucha. La reconstitución del movimiento debe construirse sin fines personales ni protagonismos, sino bajo un compromiso colectivo de transformación social, con la participación activa de comunidades, juventudes, trabajadoras y trabajadores, sindicatos, estudiantes, y defensoras y defensores de derechos humanos.
Durante el encuentro se acordó impulsar una agenda unificada que articule las luchas en defensa de la tierra, el agua, la educación pública, la salud gratuita, los derechos laborales, la diversidad sexual, la libertad de expresión y el acceso a la justicia. Las y los participantes expresaron su repudio a la turistificación y la gentrificación que despojan a las comunidades de sus espacios públicos y cultura, y que convierten la pobreza estructural en espectáculo para el lucro empresarial.
También denunciaron la privatización progresiva de la educación, particularmente en instituciones como la UABJO, donde cientos de jóvenes son rechazados cada año sin alternativas viables. Expusieron la crítica situación ambiental del estado, caracterizada por la deforestación, la contaminación del agua y la pérdida de biodiversidad, todo ello producto de políticas extractivas sin regulación.
Entre los acuerdos alcanzados, se planteó convocar una segunda asamblea que permita dar seguimiento a lo discutido y definir colectivamente una agenda de acciones a futuro. Se propuso la elaboración de un mapeo de las luchas regionales, el rescate de la memoria colectiva y la generación de espacios permanentes de coordinación y encuentro. Además, se acordó organizar una movilización político-cultural que convoque a los pueblos, comunidades y organizaciones que participaron en esta asamblea.
Este espacio reafirmó su compromiso de mantenerse libre de violencia y de personas agresoras, reconociendo el papel político de las mujeres y exigiendo que su voz y liderazgo sean fundamentales en la construcción del nuevo movimiento.
En el cierre del encuentro, se lanzaron múltiples pronunciamientos. Se exigió el esclarecimiento del asesinato del luchador social Catarino Torres Pereda y justicia para Palemón Vásquez Calero, Bety Cariño, Jyri Jaakkola, Tomás Martínez, Humberto Baldobino y las víctimas de Nochixtlán. También se demandó la libertad de Pablo López Alavés, preso político desde hace 15 años, y el cese a la criminalización de personas defensoras en Coyul, Puente Madera, San Juan Copala y el Istmo de Tehuantepec.
Además, la asamblea expresó su repudio al Estado de Israel por los crímenes cometidos contra el pueblo palestino y exigió al gobierno mexicano la ruptura de relaciones diplomáticas con dicho país. También respaldaron las luchas de las comunidades zapatistas en Chiapas y denunciaron la persecución contra las defensoras y defensores indígenas de UCIZONI.
Finalmente, el encuentro reafirmó que ningún partido político será bienvenido en este proceso de reorganización. En palabras de las y los asistentes, “no basta con resistir, hay que reinventar la esperanza desde abajo y con dignidad”.