Comunidades de la Costa Chica iniciaron una jornada de protesta para exigir atención urgente a los daños causados por el huracán Erick. Acusan al gobierno de Claudia Sheinbaum y Evelyn Salgado de administrar el dolor de los pueblos con fines políticos y mantenerlos en el abandono.
Por Redacción / @Somoselmedio
El 19 de junio de 2025, el huracán Erick tocó tierra como categoría 4 en Pinotepa Nacional, Oaxaca, dejando a su paso una estela de destrucción en comunidades de Oaxaca y Guerrero. A casi un mes del desastre, los pueblos indígenas y afromexicanos de la Costa Chica decidieron alzar la voz ante el abandono total por parte del gobierno federal, estatal y municipal. La respuesta oficial ha sido la indiferencia, aseguran, y por ello este martes iniciaron una jornada de protesta para exigir atención urgente.
Más de 26 mil viviendas resultaron afectadas, con techos volados, paredes cuarteadas, colchones y muebles destruidos. Muchas familias lo perdieron todo. Las escuelas y centros de salud que ya estaban en condiciones precarias ahora se encuentran en ruinas. No hay maestros, no hay médicos, no hay electricidad ni agua potable. Los caminos y carreteras, colapsados o bloqueados, han dejado incomunicadas a muchas comunidades. Las cosechas de mango, papaya, plátano, maíz, coco, limón y sandía se perdieron por completo, dejando a cientos de familias campesinas endeudadas y sin sustento.
Las comunidades denuncian que mientras en zonas turísticas se despliegan recursos para la reconstrucción, los pueblos habitados por indígenas y afromexicanos no solo son excluidos de los censos de daños, sino también de toda acción estatal. Esta selectividad, señalan, evidencia una política que prioriza los lugares que generan ganancias para el gobierno, mientras ignora la vida y el sufrimiento de los pueblos. El ejemplo más claro, afirman, es que muchas de las comunidades hoy afectadas ya habían sido golpeadas en 2024 por el huracán John, sin que hasta ahora se les haya brindado apoyo alguno.
En un pronunciamiento dirigido al EZLN, al Congreso Nacional Indígena, al Concejo Indígena de Gobierno y a redes de derechos humanos, los pueblos expresaron su indignación ante la narrativa oficial promovida por el gobierno de Claudia Sheinbaum. Denunciaron que, desde los discursos matutinos, se pretende maquillar una realidad de violencia, pobreza y colusión entre autoridades y crimen organizado. En esa visión de país —dicen— no hay desaparecidos, no hay hambre, no hay destrucción; sólo propaganda.
Los firmantes del comunicado, entre ellos el Concejo Indígena y Popular de Guerrero Emiliano Zapata, y autoridades de comunidades indígenas de San Luis Acatlán y afromexicanas de Marquelia, exigieron al gobierno de Claudia Sheinbaum, a la gobernadora Evelyn Salgado y a los presidentes municipales que dejen de simular. Les demandaron que atiendan de forma real y directa a las comunidades afectadas, que destinen los recursos del país a quienes verdaderamente los necesitan y que asuman su responsabilidad frente al abandono y la exclusión sistemática.
Asimismo, hicieron un llamado a las organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales a mantenerse vigilantes ante cualquier intento de represión contra las comunidades movilizadas, e invitaron a la sociedad civil a no permitir que se sigan administrando el dolor y la desgracia de los pueblos con fines políticos.
Desde las montañas y costas de Guerrero, los pueblos organizados reiteraron su determinación a no callar ni ceder ante el desprecio del Estado. Anunciaron que mantendrán los bloqueos el tiempo que sea necesario hasta que sus demandas sean escuchadas, porque —como afirman en su pronunciamiento— “aquí seguimos, aquí seguiremos, sin rendirnos, sin vendernos, sin claudicar”.