En conmemoración del 56 aniversario de la matanza de Tlatelolco, estudiantes y organizaciones llevaron a cabo una manifestación que paralizó la Ciudad de México el 2 de octubre, fecha que dejó una profunda herida en la historia desde 1968.
Ciudad de México a 03 de octubre del 2024.- Este 2 de octubre, el Comité 68 junto con simpatizantes se manifestaron por las calles de la Ciudad de México, exigiendo justicia por los actos de lesa humanidad generados por el Estado ocurridos en 1968.
Recordando injusticias desde la Plaza de las Tres Culturas, se denunciaron también la impunidad en los crímenes de Estado como El Halconazo, represiones de periodistas y defensores de Derechos Humanos, así como la desaparición forzada de los 43 normalista de la escuela rural Raúl Isidro Burgos.
La explanada del Zócalo Capitalino, luego del mar de exigencias y declaraciones de indignación, con un minuto de silencio se recordó con profunda tristeza la represión ejercida hacia estudiantes por parte del Ejercito aquella fecha del 68.
Tras la reciente disculpa de la ahora presidenta Claudia Sheinbaum, Félix Gamudi expresó ser una disculpa para el todo el pueblo recalcando a su vez, no ser la primera vez que el gobierno se disculpa ante el crimen de Estado.
Con denuncias sobre la militarización de la seguridad pública y advertencias de la constante violación de los derechos humanos, se cuestionó la Reforma Judicial como método insuficiente en tiempos modernos.
Durante la manifestación, se marcó una clara lucha interminable por el alto a la represión e injusticias hacia los defensores y manifestantes criminalizados.
¡2 de octubre no se olvida!
Fotografía por Ximena Badillo.Fotografía por Verónica Rojo.Fotografía por Verónica Rojo.Fotografía por Denisse Ureña.Fotografía por Verónica Rojo.Fotografía por Jorge Yeicatl.Fotografía por Ximena Badillo.Fotografía por Ximena Badillo.Fotografía por Verónica Rojo.Fotografía por Denisse Ureña.Fotografía por Ximena Badillo.Fotografía por Jorge Yeicatl.Fotografía por Jorge Yeicatl.Fotografía por Denisse Ureña.Fotografía por Jorge Yeicatl.Fotografía por Denisse Ureña.Fotografía por Denisse Ureña.
A 56 años de la matanza de Tlatelolco en 1968, estudiantes y organismos marcharon para denunciar el caso y la represión persistente. Critican disculpas dadas por Claudia Sheinbaum y exigen tomar acciones efectivas por los sucesos del crimen de Estado.
Ciudad de México, 03 de octubre del 2024.- A partir de las 16:00 horas, el pasado 2 de octubre se realizó una marcha por el 56 aniversario de la masacre estudiantil de Tlatelolco en 1968, llenando las calles de reclamos por justicia. Los manifestantes criticaron las disculpas ofrecidas por Sheinbaum en su conferencia matutina y exigieron acciones concretas, además de reiterar su reconocimiento del crimen de Estado.
Desde la Plaza de las Tres Culturas, hasta el Zócalo Capitalino, estudiantes, simpatizantes y organizaciones se unieron en lucha por la conmemoración de la masacre en el 68 y los hechos de la Guerra Sucia en el 71, encabezada por los miembros del Comité del 68.
Además, recordaron sucesos que continúan impunes como la desaparición de los 43 normalistas y la pasada represión en Xochimilco el 05 de septiembre.
“Nuestro enemigo es el Ejercito”así, enunciaron los manifestantes de la UNAM, IPN, normalistas de diversas escuelas rurales, entre otros. En compañía de la consigna emblemática “2 de octubre, no se olvida”.
Durante el mitin sobre la Plaza de la Constitución, se criticaron las disculpas anunciadas por la nueva presidenta electa, Claudia Sheinbaum, quien las declaró durante su primera conferencia matutina para empatizar con los hechos crueles en 1968 presentando un decreto presidencial.
“Las disculpas no eximen a los asesinos. Necesitamos a los asesinos en la cárcel. Fue el Estado y el Ejercito y no vamos a descansar hasta que se haga justicia.”
Fotografía por Verónica Rojo.
Félix Hernández Gamundi, integrante del Comité 68 por Libertades Democráticas, complementó que “esta disculpa debe interpretarse como un reconocimiento no sólo para el movimiento estudiantil de 1968, sino para todos los movimientos organizados que han sufrido represión y persecución en México”.
Gamundi también subrayó que, “este hecho es un reconocimiento del delito de lesa humanidad que cometió el Estado”, recordando que en el pasado ya existió un intento de llevar ante la justicia a responsables como Luis Echeverría, pero los procesos judiciales se detuvieron ante la falta de avances concretos, por lo que reiteró la necesidad de una justicia real y efectiva antes que disculpas.
Félix Gamundi, miembro del Comité del 68, manifestó también las complicaciones presentadas al ingresar a Zócalo Capitalino, donde “por fortuna, los compañeros reaccionaron y tomaron acción enérgica enfrente de la marcha con el grito unánime ¡Zócalo, Zócalo!, porque este Zócalo es nuestro”.
Fotografía por Jorge Yeicatl.
Recordando que, lo reabrieron ganándole a la reacción en 1968 ya que, anteriormente solo se usaba por partidos priistas, marchas de sindicatos charros, el presidente de la Republica y mandos oficiales quienes “solo invitaban al pueblo en festivales… cuando ellos se sentían solos.”
Anselma Margarito, miembro de la comunidad Otomí en conjunto de Hortensia Telésforo, defensora y miembro de la Asamblea General Permanente de los Pueblos de San Gregorio Atlapulco, mencionaron que las investigaciones sobre la masacre del 68 y otros casos, como la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, continúa sin resoluciones.
Se enfatizó que “la Fiscalía ha retomado las investigaciones, exigimos que el proceso continue abierto… reiteramos que el Estado mexicano es responsable de garantizar el acceso a la verdad y la justicia”, enunció Anselma.
Anselma Margarito, miembro de la Comunidad Otomí, aperturó el mitín de la movilización por el 2 de Octubre, anunciando el pronunciamiento, frente a Palacio Nacional.#2deoctubrenoseolvida#represionpolicial
Además, entre los casos pendientes, se mencionó la situación de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, que continúa sin esclarecerse a 10 años de su desaparición.
“Pese a las expectativas creadas por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, no se han obtenido resultados, y los familiares de los estudiantes aún esperan respuestas”, dijo Margarito.
Además, se hizo un llamado a reconocer y apoyar a las Normales Rurales y a la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, destacando el papel histórico que han desempeñado los normalistas en sus comunidades, exigiendo “el aumento de la matrícula y la restitución del internado de la Normal de México, así como la solución inmediata a todos los pliegos petitorios”.
Fotografía por Jorge Yeicatl.
El mitin también incluyó un llamado a la solidaridad internacional, particularmente en el contexto del conflicto en Palestina. “Denunciamos el bombardeo desmedido, inhumano y criminal del Estado genocida de Israel contra el pueblo palestino y recientemente contra el pueblo del Líbano”, agregó Telésforo, para pedir el alto al fuego en Palestina.
A su vez, se denunciaron las violaciones a los derechos humanos que han sufrido las manifestaciones sociales en el país expresando con preocupación la criminalización de la protesta social.
Fotografía por Verónica Rojo.
Hortensia Telésforo, reprochó lo dicho en el discurso de la nueva presidenta de México, donde se manifestó reiteradas ocasiones “llegamos todas”, a lo que cuestionó la postura oficial.
“No llegamos todos y todas, no llegaron las mujeres desplazadas por el narco paramilitarismo en Chiapas, no llegaron las mujeres defensoras del territorio, no llegaron las periodistas ni las madres buscadoras, no llegaron las desaparecidas y las asesinadas por razones de género, las mujeres aún tenemos muchas barreras por vencer, debe ser tiempo de escucha y de justicia.”
Recordaron que a tan solo 56 años de la lucha histórica del movimiento estudiantil y popular de 1968 el Estado mexicano reconoció su responsabilidad institucional al emitir una disculpa pública a nombre del Estado, aunque la disculpa no solo sería hacia el movimiento estudiantil del 68, sino para todo el pueblo de México como un derecho ganado, según lo declarado.
Al término de la protesta, se reafirmó la importancia de la memoria histórica y de luchar por la justicia para las víctimas de la represión en el país. Invitaron a las organizaciones mantener la unidad entre los movimientos sociales para seguir ejerciendo presión hacia un verdadero acceso a la justicia.
“No olvidamos, no perdonamos, y no nos reconciliamos”.
Miles de personas marcharon en la Ciudad de México para conmemorar el 56 aniversario de la Masacre de Tlatelolco, exigiendo justicia por los crímenes de Estado y la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa, mientras el Comité 68 reafirmó su lucha contra la impunidad y la represión.
Ciudad de México, 2 de octubre 2024.- Este miércoles, miles de personas se congregaron en la Plaza de las Tres Culturas para conmemorar el 56 aniversario de la Masacre de Tlatelolco. La marcha, convocada por el Comité 68 Pro Libertades Democráticas, reunió a colectivos, estudiantes, sindicatos y movimientos populares. Bajo los lemas “2 de octubre no se olvida” y “Juicio y castigo a los genocidas”, las y los manifestantes destacaron la importancia de mantener viva la memoria histórica y exigieron justicia tanto por los eventos de 1968 como por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, desaparecidos hace diez años.
A lo largo de la marcha, los carteles y consignas hicieron énfasis en la impunidad que aún prevalece respecto a los crímenes de 1968, el “Halconazo” de 1971 y la Guerra Sucia.
En un mitin realizado en el Zócalo, el Comité 68 subrayó que estos crímenes de lesa humanidad no prescriben y que, si bien la Fiscalía Especial en Materia de Derechos Humanos ha retomado las investigaciones, los avances han sido insuficientes. Las familias de las víctimas y los colectivos continúan exigiendo transparencia y un proceso judicial sin simulaciones.
Uno de los puntos más críticos fue el cierre de la Comisión para el Acceso a la Verdad y la Justicia (COVEH), encargada de investigar las violaciones graves a los derechos humanos cometidas entre 1965 y 1990. El Comité 68 insistió en la necesidad de judicializar los hallazgos de la COVEH, resaltando que, pese a los esfuerzos de las víctimas, la justicia sigue siendo una deuda pendiente. “La impunidad se ha perpetuado bajo diferentes gobiernos”, enfatizaron.
El Comité también aprovechó para cuestionar la reforma judicial propuesta por el gobierno, la cual consideran insuficiente. Exigen una transformación que abarque desde las fiscalías hasta el sistema penitenciario y que incluya la eliminación de la corrupción e impunidad. Además, denunciaron la creciente criminalización de la protesta social, haciendo referencia a las carpetas de investigación abiertas contra manifestantes y a la represión violenta que han enfrentado algunos sectores.
Otra de las demandas centrales fue la desmilitarización de la seguridad pública. El Comité alertó sobre las violaciones a derechos humanos causadas por la militarización y exigió el regreso del mando civil en las tareas de seguridad pública. En este contexto, también reiteraron su demanda de justicia por los 43 estudiantes de Ayotzinapa, señalando que la lucha por la verdad y la justicia en México es un proceso constante y que aún está lejos de lograrse.
Pese a los llamados del Comité 68 a mantener una manifestación pacífica, un pequeño grupo de manifestantes protagonizó enfrentamientos con las fuerzas de seguridad al llegar al Zócalo.
Desde 1990, Don Artemio edificó la panadería “Alex” en honor a su hijo mayor y desde hace 34 años comercializa pan en todo Tequixquiac, junto a sus hijos y nietos.
Las recetas de su pan semi artesanal realizado en horno continuo, han perdurado a lo largo del tiempo, ofreciendo la mejor calidad en cada pieza de bolillo, nube, beso, y rol, a los tequixquenses, desde su panadería y a través de camionetas que distribuyen en las diversas colonias y hogares de Tequixquiac, atendiendo además pedidos especiales y pan de temporada.
Horno continuo
El horno continuo tiene la peculiaridad de guardar el calor -de manera que casi nunca llega a enfriarse- puesto que su estructura y diseño no permiten que éste salga y que el pan se cosa de una manera rápida y precisa. El horno continuo de gas, consiste en una base en forma de laberinto en la parte inferior, una base de piedra en donde va el pan, y en la parte superior lámina, mientras que las paredes consisten de ladrillos rojos y por supuesto, una chimenea.
El horno en la Historia
De acuerdo con Laurosse el primer horno en la historia fue fabricado en Bersheva, Israel, hace 6,500 años.
Posteriormente, alrededor del año 2000 a. C. aparecieron en Egipto los primeros hornos para hacer pan. Dichos hornos constaban de una parte superior donde se colocaban los alimentos y una inferior que cumplía la función de quemador.
Tiempo después 500 a. C. los griegos perfeccionaron la técnica, agregando una puerta para controlar la temperatura. Y en los años veinte del siglo pasado se comenzó a usar el gas como alternativa a la leña y al carbón.
Fotografía por Alejandra GS. Instagram @gonzalezsolisalejandraFoto documental por Alejandra GS @gonzalezsolisalejandraFotografía por Alejandra GS. Instagram @gonzalezsolisalejandraFoto documental por Alejandra GS @gonzalezsolisalejandraFotografía por Alejandra GS. Instagram @gonzalezsolisalejandraFoto documental por Alejandra GS @gonzalezsolisalejandraFotografía por Alejandra GS. Instagram @gonzalezsolisalejandraFoto documental por Alejandra GS @gonzalezsolisalejandraFotografía por Alejandra GS. Instagram @gonzalezsolisalejandraFoto documental por Alejandra GS @gonzalezsolisalejandraFotografía por Alejandra GS. Instagram @gonzalezsolisalejandraFoto documental por Alejandra GS @gonzalezsolisalejandraFotografía por Alejandra GS. Instagram @gonzalezsolisalejandraFoto documental por Alejandra GS @gonzalezsolisalejandraFotografía por Alejandra GS. Instagram @gonzalezsolisalejandra
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Trabajo realizado durante el taller de Fotografía Documental de la Agencia 11.11. impartido por Mario Marlo / Somoselmedio.
¡Y que retiemble en sus centros la tierra… y Ayotzinapa! Pese a lluvias y microsismos, la lucha por la justicia sigue en pie. Manifestantes se hacen presentes en Paseo de la Reforma, este 26 de septiembre. Ayotzinapa no está solo.
26 de septiembre del 2024. CDMX.- La tarde de este jueves 26 de septiembre se cumplió el 10° aniversario de la desaparición de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa. Los manifestantes marcharon del Ángel de la Independencia hasta el Zócalo capitalino.
Previo al avance de los contingentes, un estudiante anónimo de la normal de Ayotzinapa me compartió unas breves palabras sobre su sentir ante la situación de sus compañeros.
“No cumplen con sus promesas el gobierno, por eso estamos aquí manifestándonos. Por nuestros compañeros nosotros sentimos algo así como tristeza y nos esforzamos por venir aquí a apoyar a los padres, ¿no? a lo que sea para llegar a la verdad, y que el gobierno nos entreguen los folios que hacen falta, que son 800”.
Las movilizaciones de los contingentes comenzaron a las 5 de la tarde guiados por una camioneta con carteles donde se podía leer “ni perdón, ni olvido” y un camión con altavoces en donde se podía escuchar la historia de lo acontecido hace 10 años: la desaparición de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa que fueron interceptados, agredidos y desaparecidos por elementos de la policía. También se pidió justicia por medio de los altavoces por Aldo Gutierrez, estudiante herido de bala que desde el ataque está en estado de coma y finalmente se pidió marchar en conjunto de forma pacífica, y arrancaron los contingentes rumbo al Zócalo.
La lluvia, el viento y los petardos lanzados dentro de algunos locales resonaban por todo Paseo de la Reforma y provocaban que la piel se erizara ya sea por frío, ya sea por miedo. Se escuchaban consignas como “el que no brinque es Peña”, “van a volver, las balas que disparaste van a volver, la sangre que derramaste la pagarás, el pueblo al que asesinaste no morirá, ¡NO MORIRÁ!”, “1,2,3,4… ¡43!”; acompañadas con el resonar de tambores, los contingentes avanzaron hacia el Zócalo. Los primeros en marchar fueron los estudiantes de la escuela normal rural de Ayotzinapa, la mayoría vistiendo playeras y paliacates negros.
Tras ellos siguieron varios grupos estudiantiles de diferentes instituciones como la UNAM, IPN, IEMS y la UACM portando símbolos como: 3 tumbas con cruces de cartón, fotos y nombres de los estudiantes; una figura militar con aspecto putrefacto sobre restos humanos; machetes con la leyenda “atenco rebelde”; un hombre con hojas en el torso y cabello; pancartas y carteles exigiendo justicia y señalando al estado como responsable; palomas de papel con los rostros de los estudiantes; banderas de Palestina y rojas con simbolismos antifascistas como la estrella roja, la hoz y el martillo, el EZLN, el Che y Pancho Villa.
Foto: Mario Marlo / @Mariomarlo
Me encontré con Vianey, una estudiante de la Lic. en Ciencias Sociales de la UACM, quién no encontraba su colectivo, pero eso no frenó que marchara hacia el Zócalo con su cartel en mano. Varios medios de comunicación se acercaron a ella para tomar fotografías y juntas nos reunimos con el contingente de la UACM cerca del caballito. Durante el recorrido no faltaron los disturbios como incendios y saqueos a algunos comercios capitalistas y extranjeros.
En una entrevista, Samanta Zaragoza, profesora e investigadora del plantel San Lorenzo Tezonco de la UACM, comentó que su universidad no solo se solidarizó en la marcha, sino que también organizaron una jornada en su plantel dedicada a las familias y estudiantes normalistas. Junto con la los docentes Tania Paloma, Ana Rosen, Samuel Cielo, Martha Olivares y varios estudiantes organizaron actividades como la instalación de las sillas con las fotos y nombres de los normalistas, un foro con presencia de familiares y estudiantes de Ayotzinapa y una tortuga de cartonería, la proyección de una película “Ayotzinapa, la noche en donde desaparecieron 43 estudiantes”seguida de un análisis. Además se organizó un círculo de la palabra donde estudiantes de la normal rural con reflexionaron sobre “qué significa ser normalista en tiempos de crimen de estado”, al concluir se invitó a la comunidad a la marcha y partieron rumbo al Ángel de la Independencia en un camión que les facilitó Julia de Servicios administrativos. Para finalizar la jornada se levantó el memorial, donde quedaron las fotografías de los estudiantes desaparecidos y sus flores.
Samanta también destacó la gratitud de los normalistas que asistieron el 26 de septiembre al círculo de la palabra, reconociendo la dedicación y compromiso ante el caso Ayotzinapa, generando satisfacción para ellos que son generaciones nuevas de la escuela rural normal de Ayotzinapa. Como docente, Samanta reflexiona sobre cómo la desaparición forzada en México ha marcado su vida, destacando que faltan no sólo 43, sino muchas más en todo el país.
Según un informe de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), la marcha finalizó pacíficamente alrededor de las 18:15 hrs con saldo blanco en el Zócalo. Sobre las vallas que rodeaban al palacio nacional se prendió fuego y pintó “viven en nuestra rebeldía” junto una tortuga, símbolo emblemático de la normal rural de Ayotzinapa.
Así se conmemoró el aniversario de la búsqueda de justicia para los estudiantes de Ayotzinapa. Cristina Bautista, madre de Benjamin Ascencio Bautista; Nicanora García, madre de Saúl Bruno García; y Santiago Aguirre, director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (prodh) en donde se ha llevado el seguimiento al caso de Ayotzinapa, compartieron sus reflexiones al finalizar la marcha.
Nicanora expresó la decepción que siente hacía nuestro actual presidente Andrés Manuel López Obrador, quién, al iniciar su gobierno prometió llegar a la verdad, pero siguen sin obtener resultados y no cumplió con su palabra, confirmando de esta manera lo que el estudiante anónimo entrevistado anteriormente compartió conmigo: “No cumple con sus promesas el gobierno”.
Durante mucho tiempo el sistema político mexicano estuvo basado en dos pilares: las leyes formales y explícitas que eran emanadas de la Constitución y de las leyes, y las reglas informales y no explícitas de la práctica política que también tenían un peso específico. Estas reglas se tenían que cumplir al pie de la letra porque para todos era claro que, para las primeras, no se podía -ni se puede- violar la Carta Magna porque para ello está codificado todo el engranaje jurídico. El otro pilar que sostenía al sistema eran las reglas no escritas que no tenían fundamento legal pero que se aplicaban en la práctica, también, al pie de la letra. Estas reglas no codificadas (o metaconstitucionales, como en su momento las llamó Jorge Carpizo) tenían un peso específico dentro del sistema político mexicano, porque quien no se alineaba simplemente se convertía en un político en desgracia y su carrera estaba terminada.
Hay innumerables casos de actores políticos que se les aplicaron unas y otras reglas que les dieron proyección y permanencia o bien, que su carrera política quedó frustrada por no acatar las reglas escritas y las no escritas.
Así funcionó durante décadas el sistema político. No está de más decir que el abuso y desgaste de estas reglas llevó hacia el final del siglo pasado, precisamente, a la decadencia de mecanismo que terminó en fracturas y escisiones que se fueron convirtiendo en un sistema caduco frente a una sociedad que despertaba de un letargo.
Aun con ello algunas de esas reglas siguieron funcionando. Una de ellas era que una vez que se declara el ganador de la elección presidencial, el presidente en funciones comenzaba su retirada. Para ello, reducía sus actividades públicas y políticas, dejaba de aparecer en actos donde él era el centro.
Basta recordar que en el sexenio anterior, el entonces presidente Enrique Peña Nieto dejó que el presidente electo Andrés Manuel López Obrador apareciera en los medios a efecto de ir tomando, desde antes de rendir protesta, las decisiones que a partir del 1 de diciembre de ese 2018 su gobierno asumiría.
Sin embargo, esa regla no escrita se rompió (o no se cumplió) en el actual gobierno. Como se acaba de mencionar, desde antes que el presidente Andrés Manuel López Obrador tomara el cargo se asumió como el protagonista de su gobierno. No estaba mal pues para ese momento se entendió que él era quien tomaría las riendas del siguiente sexenio. Una vez en el cargo, desde el primer día se dejó ver “el estilo personal de gobernar” con sus conferencias mañaneras. De la misma manera, a diferencia de otros mandatarios que los fines de semana no tenían actos públicos, el presidente López Obrador ocupó los viernes, sábados y domingos, para hacer visitas en los estados y, de paso, hacer declaraciones para tener presencia en los medios locales y nacionales.
Pero lo que más sobresale de esta forma distinta de gobernar es que una vez que pasaron las elecciones, el presidente no bajó su actividad política ni muchos menos su presencia en los medios. Lejos de eso, el mandatario continuó dando conferencias mañaneras igual de largas y abundantes como lo hizo durante todo su sexenio. Esta cobertura de los medios obligó a la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo a hacer sus declaraciones y conferencias de prensa en hora distinta a las mañanas para no empalmar con las del presidente.
El periodo del interregno (entendido como el espacio de tiempo en el que hay una duplicidad en el gobernante, pues el que está en funciones aún no se va, y el que llega formalmente aun no asume el cargo) servía en el régimen priista para el reacomodo de la clase política, desechar a los que no se quedarían en el nuevo gobierno y acomodar a los que asumían un cargo en la nueva administración. Hoy no hubo ese intervalo, pues López Obrador no dejó un espacio a Sheinbaum. Más bien, para mostrar colaboración y cooperación entre el saliente y la entrante, el presidente invitaba a la presidenta electa a sus giras los fines de semana y con ello daban muestra de una colaboración y un traslado del poder sin sobresaltos. Pero la batuta la seguía teniendo el presidente.
Es decir, López Obrador no soltó un mínimo durante todo su mandato. Asumió el cargo veinticuatro, siete, seis, es decir, siete días a la semana, las veinticuatro horas por los seis años de su mandato. Si bien se podría decir que fue electo para cubrir todo ese lapso, dentro de las reglas informales y no escritas estaba dar oportunidad al próximo mandatario (ahora mandataria) de ir ocupando el espacio del presidente en funciones.
Esta postura de no ceder es el claro ejemplo de lo que fue el mandato de López Obrador. Desde el principio hasta el final es el protagonista y no quiere que le quiten los reflectores. Hasta el último minuto de su mandato será el presidente ocupando todas las áreas. En una de sus últimas mañaneras anunció que una vez dejado el cargo no se irá inmediatamente a su rancho en su natal Tabasco, sino que se quedará un tiempo en la Ciudad de México para “aclimatarse”. No vaya a ser que una vez dejado el cargo quiera seguir como protagonista.
Se cumplieron 10 años de la desaparición forzada de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Un largo camino de injusticia, de impunidad, pero sobre todo, de resistencia.
Ciudad de México, 27 de septiembre de 2024.- El 26 de septiembre del año en curso, se cumplieron 10 años de la desaparición forzada a manos del Estado, de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa.
Después de estos años de lucha, los padres y madres de los estudiantes, siguen exigiendo justicia y la verdad sobre el paradero de sus hijos.
Desde el Ángel de la Independencia hasta el Zócalo de la Ciudad de México, madres y padres junto con estudiantes normalistas, contingentes, colectivos y personas en apoyo, marcharon como acto de protesta.
En la conmemoración de los 10 años se vivió una movilización llena de sentimientos, consignas, acompañamiento, carteles, actos simbólicos, acciones directas, denuncias hacia el Estado por la injusticia y el incumplimiento, con el fin de visibilizar y hacer un llamado a que se siga luchando por la verdad de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
“Que los ojos de los desaparecidos te persigan en tus sueños y el llanto de sus madres no te dejen dormir”.
¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!
Fotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Iván Ramírez/ @ivan.yairhFotografía por Iván Ramírez/ @ivan.yairhFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Iván Ramírez/ @ivan.yairhFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Iván Ramírez/ @ivan.yairhFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Iván Ramírez/ @ivan.yairhFotografía por Iván Ramírez/ @ivan.yairh
26 de septiembre del 2014 marcó una herida significativa en la historia de México con la desaparición de 43 normalistas la noche trágica en Iguala, Guerrero. En la fecha emblemática de este 2024, sus madres y padres continuaron exigiendo la verdad arrebatada otro sexenio presencial.
Con gran indignación y emotivas consignas, salieron a marchar para visibilizar 10 años de una búsqueda sin respuestas por aquello suscitado en Ayotzinapa.
El pasado 26 de septiembre del 2024, fecha que marcó una década sin justicia ni verdad, donde la desolación y olvidó arrasó otro ciclo presidencial, tras la búsqueda de 43 normalistas desaparecidos en una noche crítica en las calles de Iguala, Guerrero.
Sin novedades por el Estado, una vez más las madres y los padres de las víctimas desbordaron indignación durante la marcha que recordaría los hechos del 2014.
En compañía de normalistas, organizaciones y simpatizantes se dejó en claro una fuerte rabia persistente ante un caso que continúa sin resoluciones.
“¡Sin justicia no hay paz!” “¡Vivos los queremos!”, resonaron las consignas desde los rincones del Ángel de la Independencia en Ciudad de México hasta la Plaza de la Constitución para reiterarle al presidente Andrés Manuel López Obrador el momento en el que se convirtió en el cómplice de quienes desaparecieron a sus hijos, cuando decidió darle la espalda al pueblo al encubrir al Ejército y dejar libre a los culpables.
La lucha por 43 estudiantes desaparecidos continua incansablemente hasta la reversión de la impunidad con huellas de 10 años.
Aún con bloqueos e impedimentos, los padres y las madres declararon seguir su búsqueda hasta encontrar la verdad.
Fotografía por Denisse Ureña.Fotografía por Jorge YeicatlFotografía por Denisse Ureña.Fotografía por Jorge YeicatlFotografía por Denisse Ureña.Fotografía por Jorge YeicatlFotografía por Denisse Ureña.Fotografía por Jorge YeicatlFotografía por Denisse Ureña.Fotografía por Jorge YeicatlFotografía por Denisse Ureña.Fotografía por Jorge YeicatlFotografía por Denisse Ureña.Fotografía por Jorge YeicatlFotografía por Denisse Ureña.
Familiares y colectivos de desaparecidos denuncian el ataque como una agresión a la memoria de los jóvenes, exigiendo protección para los memoriales y justicia ante la impunidad que persiste en el caso Ayotzinapa.
Ciudad de México, 27 de septiembre de 2024. Este 26 de septiembre, en el marco del décimo aniversario de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa, familiares de los estudiantes desaparecidos y organizaciones sociales colocaron un memorial con los rostros de los jóvenes en la avenida Paseo de la Reforma, junto al Antimonumento +43, en la Ciudad de México. Sin embargo, la mañana de este viernes, el memorial amaneció vandalizado, con varios de los rostros de los 43 estudiantes dañados.
A través de un comunicado, colectivos de familias de personas desaparecidas denunciaron que el ataque a los rostros de los normalistas no es simplemente un acto de vandalismo, sino una agresión directa contra la memoria y la dignidad de quienes han luchado incansablemente por la verdad y la justicia.
“Repudiamos este acto de desprecio y odio hacia los jóvenes y sus familiares. Exigimos al gobierno de la Ciudad y al gobierno federal que brinden protección a los memoriales que, con tanto esfuerzo, hemos colocado para que nadie olvide a las personas desaparecidas y para seguir exigiendo verdad y justicia por nuestros hijos e hijas”, expresaron.
En el comunicado, las familias de los desaparecidos exigieron tanto a las autoridades locales como federales la protección inmediata de los memoriales.
“Demandamos que se investigue y castigue a quienes hayan dañado los memoriales, y solicitamos enérgicamente que se restauren, ya que son fruto de nuestra lucha y una parte vital de la memoria que las familias de personas desaparecidas impulsamos”, subrayan en el documento.
A diez años de la desaparición forzada de los estudiantes, el caso Ayotzinapa sigue siendo una herida abierta para México. Los padres y madres de los desaparecidos continúan exigiendo justicia y respuestas claras. Las investigaciones, plagadas de irregularidades, han sido objeto de críticas tanto a nivel nacional como internacional.
En palabras de los colectivos de familiares: “La memoria no se borra”. Mientras los responsables de la desaparición de los estudiantes sigan impunes, la sociedad continuará alzando la voz en demanda de verdad y justicia. Los memoriales, incluso en su estado dañado, son un recordatorio constante de que la búsqueda no cesa y que la lucha por los desaparecidos sigue más vigente que nunca.
Familiares de los 43 normalistas desaparecidos exigen justicia en una emotiva marcha en Guadalajara, recordando que, a una década de los hechos, la verdad sigue oculta y la impunidad prevalece.
Guadalajara, Jalisco, 27 de septiembre 2024.- Este 26 de septiembre se cumplió una década desde la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, un hecho que sigue siendo una herida abierta en el corazón de México. En Guadalajara, como en muchas otras ciudades del país, miles de personas se congregaron para exigir justicia y verdad, reafirmando que, a pesar del paso del tiempo, la exigencia por la aparición con vida de los jóvenes no ha cesado.
Con pancartas, consignas y retratos de los 43 estudiantes, la marcha en Guadalajara fue un espacio de memoria y resistencia. El evento no solo recordó la brutalidad de los hechos ocurridos en Iguala, Guerrero, en 2014, sino también la falta de justicia que ha caracterizado la respuesta gubernamental desde entonces.
Uno de los momentos más emotivos de la manifestación fue la participación de los dos padres de los estudiantes desaparecidos, quienes siguen en la incansable búsqueda de sus hijos. Pablo Hernández Morales, padre de Miguel Ángel Hernández Martínez, uno de los 43, tomó el micrófono y expresó con profunda tristeza y rabia su sentir hacia las autoridades responsables. “Este gobierno es indiferente. Peña Nieto no está en la cárcel, y él fue el responsable de haber mandado a sus soldados a atacar a nuestros hijos. Él debe estar en la cárcel”, afirmó Hernández.
A diez años de la desaparición forzada de los 43, la demanda sigue siendo la misma: verdad y justicia. Los familiares no han dejado de señalar que el gobierno ha tratado de desviar la atención del caso, entregando información errónea o insuficiente. “Nosotros queremos justicia, porque ya se cumplen 10 años y no sabemos nada de nuestros hijos”, añadió Pablo Hernández, visiblemente emocionado por la solidaridad que encontró en Guadalajara.
“Nos han querido entregar otros cuerpos que no son, han mentido sobre lo que ocurrió en el basurero de Cocula, pero nosotros sabemos que se llevaron a nuestros hijos con vida y los queremos de regreso”, concluyó.
Otro de los padres, Bernabé de la Cruz, cuya lucha por encontrar a su hijo Adán Abraham ha sido incansable, compartió su frustración con los asistentes. “Diez años para nosotros como padres han sido muy duros. Desde el inicio, hemos sido nosotros quienes hemos tenido que hacer de investigadores, buscando a nuestros hijos por nuestra cuenta”, señaló. De la Cruz destacó cómo el gobierno de Enrique Peña Nieto, en lugar de colaborar, intentó cerrar el caso con mentiras.
“Nos ofrecieron dinero, quisieron callarnos, pero nosotros seguimos pidiendo a nuestros hijos. No creemos en lo que nos dijeron sobre el basurero de Cocula. Sabemos que hubo tortura para obtener esas declaraciones, y eso no es justicia”.
La frustración de los familiares no se limita a la administración de Peña Nieto. De la Cruz también criticó al actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien, según él, hizo promesas vacías durante su campaña. “López Obrador es lo mismo que Peña Nieto. Se comprometió a llegar al paradero de los jóvenes y no lo ha hecho. Al contrario, nos ha tachado de ignorantes y ha ignorado los informes que señalaron la participación del ejército”, lamentó.
La marcha en Guadalajara, al igual que en otras ciudades, no solo exigió justicia por Ayotzinapa, sino que visibilizó el problema de las desapariciones forzadas en todo el país. “Sabemos que no solo son 43, hay miles de desaparecidos”, recordó Bernabé de la Cruz.
Guadalajara, una ciudad con su propia historia de desapariciones forzadas y violencia estatal, se sumó así al clamor nacional por justicia. Las palabras de agradecimiento de los familiares hacia los manifestantes fueron emotivas. “Gracias Guadalajara por no dejarnos solos, por seguir levantando la voz”, expresó Pablo Hernández.
Al cierre de la marcha, los participantes reiteraron su compromiso de no dejar que el caso caiga en el olvido. La demanda sigue vigente: justicia y verdad para Ayotzinapa, justicia y verdad para México.