¿Qué motivó la participación de los jóvenes en la consulta popular? Una chispa de esperanza

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Salvador Allende (1908-1973)

NOTA INTRODUCTORIA

Por Enrique G. Gallegos

Jóvenes promoviendo la consulta popular y jóvenes mostrando orgullosos su boleta cruzada. Elles, ellas y ellos. Jóvenes estudiantes argumentando en sus redes sociales porqué era importante participar. Esto es de destacar frente a la descalificación de la consulta popular por parte de un amplio espectro del mundo adultocéntrico, endurecido por años de conformismo, frustración y control político. Todas las fuerzas conservadores, la derecha política, el viejo sistema, la cultura neoliberal, los ex  y Edipo, incluido el INE, parecían haberse puesto de acuerdo para desalentar la participación popular. Pero ahí estaban ese puñado de jóvenes estudiantes en sus redes sociales insistiendo con el . Para saber qué los movía, que resortes los agitaban, me di la tarea de localizar una veintena y hacerles una pregunta: ¿Cuáles eran las razones por las que acudieron a votar en la consulta popular? Aquí presento las respuesta de nueve de elles (de edades entre 23 y 30 años).

Sí, se dirá que son pocos; lo son, pero es una minoría activa que se agiganta cuando tenemos en cuenta los más de 50 años de desarticulación política, vaciamiento y privatización de la experiencia política promovida por el neoliberalismo. Ese el contrapeso que cargaron para movilizarse. En esa cultura neoliberal lo más fácil para los jóvenes es recluirse en la vida privada, volcarse al narcicismo, saborear un helado y continuar con el fetiche edulcorado del emprendimiento y seguir alimentando el aparato reproductivo del capitalismo. !La alienación¡ —esa vieja palabra que espanta a nuestras buenas conciencias anticomunistas. Pero esas y esos jóvenes decidieron otra cosa: sus respuestas muestran indignación, justicia por los desaparecidos y feminicidios, conciencia política, sentido de la responsabilidad, hartazgo político, conocimiento de la situación del país y su historia reciente. Memoria. Son los nietos y nietas de Allende.

En un conocido discurso del 2 de diciembre de 1972 pronunciado ante un auditorio compuesto en su mayoría por estudiantes de la Universidad de Guadalajara, Salvador Allende soltó aquella mítica expresión: “Y ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica” (AQUÍ se puede escuchar en su integridad el discurso). Buena parte de ese discurso lo centró en describir las tareas de los jóvenes universitarios en las trasformaciones políticas de Latinoamérica y los riesgos que enfrentaban. Afirmó que el “estudiante tiene una obligación porque tiene más posibilidades de comprender los fenómenos económicos y sociales…”. Por ello, sostenía que “ser joven en esta época implica una gran responsabilidad, ser joven de México o de Chile”. La alta valorización que tenía Allende de las y los jóvenes (particularmente de los estudiantes de las universidades públicas, financiadas con recursos del pueblo) era correlativa a las responsabilidades sociales y políticas que les asignaba. Nueve meses después de aquel mítico discurso, Salvador Allende sería asesinado en el golpe militar de Pinochet. Pero casi 50 años después (2019), en el mismo Chile, estudiantes de secundario y universidades iniciaron una revuelta que, por diferentes vías y vueltas, ha culminado con el constituyente chileno de este año que tiene como cometido crear una nueva constitución.

Recuerdo esta historia porque el trabajo político que queda por hacer para transformar este país es arduo. Que la encuesta popular no haya logrado la votación del 40% del padrón electoral (se estima en menos del 8% la participación), no debe ser motivo para que se instale el desánimo, la desesperanza, el conformismo y el relato de que “todo sigue igual” y carece de sentido. Si hay algo que muestra el discurso de Allende de 1972 y las protestas estudiantiles del 2019 es que no es así. Puede tardar en sonar la hora, puede durar 5, 10, 30 o 50 años, pero sonará la hora de la verdad y la justicia. Porque “vivos se los llevaron, vivos los queremos”. Pero para ello se debe trabajar arduamente y el topo, que hace su labor en la infraestructura y la oscuridad, lo sabe. Las y los jóvenes deben saber que “una sola chispa puede incendiar la pradera”. Y esa chispa la llevan en su corazón y su puño.

Aquí los argumentos de las y jóvenes estudiantes por los que participaron en la consulta popular del pasado domingo 1 de agosto:

Karen Arévalo García, 25, estudiante de sociología en la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa

Acudí a votar por la indignación provocada ante la falta de justicia por los crímenes efectuados desde el Estado, todas las acciones que han realizado los expresidentes han beneficiado sólo a los empresarios y clases altas del país, abandonando, criminalizando y violando los derechos de la mayoría popular. Algunas de estas las recuerdo más porque han sido contemporáneas a mi como la desaparición de los 43 de Ayotzinapa, Atenco, Acteal, los miles desaparecidos y torturados por la “Guerra contra el Narcotráfico” de Calderón y las consecuencias económicas y sociales que causó la instauración del modelo neoliberal para la clases sociales menos favorecidas. También me parece que al ser feminista y reconocer la lucha histórica por ganar espacios en las acciones y discusiones políticas es importante seguir participando en las consultas y en otros procesos democratizadores para no retroceder en lo que ya hemos ganado en el espacio público.

José Ramírez Arvidez, 29 años, estudiante de derecho, en la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco

La consulta popular es una herramienta para emitir nuestra opinión de manera colectiva sobre temas y decisiones de la vida pública nacional. La consulta contra los expresidentes es un ejercicio de memoria histórica y una gran manifestación para exigir justicia, que nos obliga a mirar hacia atrás y a reflexionar sobre el porvenir. Estar de acuerdo o no, en que se juzgue a los actores políticos y funcionarios del pasado que nos agraviaron nos convierte en un gran Tribunal Popular en el que responsabilizamos a Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña de la ruptura del tejido social, de la marginación de las comunidades, de enriquecerse a costa del poder público, de las desaparecidas y de nuestros muertos. Participar en la consulta popular nos permite transformar una democracia representativa en una democracia participativa.

Nosomy Mora Martínez, 28 años, estudiante de Estudios Socioterritoriales, en la Universidad Autónoma Metropolitana-Cuaimalpa

A pesar de que entiendo que la crítica más fuerte que se le puede hacer a la consulta ciudadana para juicio a los expresidentes es que la ley se aplica y no se consulta, yo considero necesario el hecho de que la ciudadanía formemos parte del ejercicio democrático, más allá de nuestra participación sexenal en las elecciones. Para mí es importante que la rabia de las personas se vea reflejada en números, para mí es importante la memoria histórica, para mí es importante que las personas nos organicemos para acordar cuáles deberían ser las consecuencias de los grandes delitos que se han cometido en el país. Si bien es cierto que esta consulta puede no alcanzar el porcentaje requerido, es importante que vayamos incorporando a la conciencia colectiva que nuestras responsabilidades y derechos no se reducen a dar un voto en las elecciones, sino que se nos tienen que consultar, tomar en cuenta y respetar nuestras peticiones, siempre dentro del marco de la ley.

Luis Gerardo Laymon Rodríguez, 28 años, estudiante de sociología en en la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco

La consulta podrá tener muchas limitaciones pero es un logro de las muchas veces que marchamos y exigimos justicia por todas las víctimas que hay en este país, en especial las que son víctimas del Estado, y teníamos una responsabilidad de alzar la voz en todos los lugares donde pudiéramos hacer eco. La consulta parece que fue amañada para que no triunfará, pero quienes hemos salido a las calles sabemos que los medios institucionales siempre se han quedado cortos ante estas exigencias.

Sajid Alexander Campa Hernández, 27 años, estudiante de Ingeniería Metalúrgica en la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco

Hoy por la mañana, y durante la última semana de julio, estuve leyendo varias notas acerca de la consulta, e información relacionada. Como el proceso por el cual tuvo que pasar, desde juntar firmas por parte de Morena, hasta su aprobación en el legislativo, la modificación en la Suprema Corte. Me intereso bastante como uno de los mecanismos de la democracia directa, además de ser muy importante por ser la primera de este tipo en México y sentar un precedente, que creo positivo. Es por esto, que al despertar en la mañana del domingo, busque de último momento mi casilla, y acudí a la escuela primaria “Henry Ford” a votar. Acudí, ya que el participar, es expresar mi indignación ante las traiciones al pueblo de México por parte de los expresidentes, por la situación económica tan precaria, y la inseguridad, y en general por el México saqueado que no parece tener esperanza de mejorar, todo esto por las políticas aplicadas por actores políticos del pasado como se mencionaba en la pregunta, pero también por las víctimas, por la justicia y los derechos.

Selma Mendoza García, 30 años, estudiante del doctorado en ciencias sociales en la Universidad Veracruzana

Yo fui a votar por la oportunidad histórica que representa la consulta popular. Fui a votar SÍ, para exigir que las instituciones de justicia enjuicien a una clase política que durante décadas hizo de la corrupción y el saqueo una práctica normalizada. Fui a votar para recordar a las víctimas de la represión y la persecución política, quienes desaparecieron y/o murieron defendiendo sus derechos y sus posesiones. Este 1° de Agosto, fui a votar para ratificar el rechazo al nefasto y podrido sistema que representan esos 5 expresidentes: los responsables de que más de la mitad de la población mexicana viva en pobreza; quienes entregaron a intereses privados y extranjeros la riqueza nacional a través de las reformas estructurales; los artífices de la bestial “guerra contra el narcotráfico” y del envilecimiento de las policías y fuerzas armadas de la nación. Fui a votar porque creo, ferozmente, que la memoria histórica se (re)construye.

Brenda Elizabeth Olivera Jiménez, 30 años, estudiante de biología, en la UNAM

Mi respuesta es por el hecho de no ser indiferente a los abusos de poder, al saqueo de nuestro patrimonio, la injusticia a las víctimas y todo lo que sea consecuencia de las decisiones de grupos selectos y manejo de intereses de una minoría, a costa de la mayoría de ciudadanos, en un país donde la democracia dejó de ejercerse con transparencia; es mi responsabilidad ejercer mi derecho a ser consultada, escuchada y por eso lo exijo de la manera en la que este gobierno lo permite, esperando que siga siendo así para los próximos gobernantes y se pueda dar valor y mantener el ejercicio en un país verdaderamente democrático.

Brenda Altamirano Hernández, 23 años, estudiante de Estudios Socioterritoriales, en la Universidad Autónoma Metropolitana-Cuaimalpa

No tenía conocimiento que existía la consulta popular hasta que participe como CAE (Capacitadora Asistente Electoral) en el IECM en las elecciones del 6 de junio 2021. Por lo tanto, fue un tema que los compañeros con antigüedad comentaron y asimismo sus resultados siendo una de las votaciones menos votadas y con menor interés por parte de los ciudadanos. Hoy 1 de agosto me levanté temprano con el objetivo de ir a votar, acudí a la casilla que se instalo el 6 de junio, mas no se encontraba, no recuerdo que se haya dado información previa sobre dónde estaría la casilla. Por lo tanto, la busque en la página del INE (“Ubica tu casilla”) y me quedaba a 20 minutos de mi casa caminando. Me ocupe durante el día lo cual no me dio oportunidad de votar. Fue lamentable no poder ejercer mi derecho al voto junto con mi familia por el hecho de no tener el conocimiento previo de la instalación de la casilla. El principal objetivo por cual quería votar fue por el conocimiento y experiencia que obtuve al trabajar en el IECM. Y confirmar que la democracia no es posible sin la participación de los ciudadanos mediante el voto.

Guadalupe Berenice Salazar Venegas Edad, 23 años, estudiante de derecho en la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco

Si bien considero que es un tanto inadmisible poner a consulta la ley, por la existencia de mecanismos jurisdiccionales y constitucionales para llevar a cabo los juicios políticos y jurisdiccionales, ésta me pareció una excelente oportunidad para hacer frente a agentes políticos que siempre quisimos dentro de un juicio, varios causantes de crímenes de Estado. Además, lo vi como una posibilidad para poder vislumbrar hasta dónde puede llegar la impunidad en nuestro Estado de derecho, y si podemos seguir denunciando que el gobierno actual no es más que un similar a los gobiernos anteriores.

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