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Pueblos ribereños denuncian nuevo acueducto en Chapala sin consulta previa: “El lago no es un tinaco”

Representantes de comunidades originarias, ambientalistas y académicos advirtieron sobre el daño ambiental y social que provocaría un nuevo acueducto para extraer más agua del Lago de Chapala hacia Guadalajara. Acusan opacidad, violaciones a sus derechos y exigen un plan integral de restauración.

Por Mario Marlo / @Mariomarlo

Guadalajara, Jalisco, 21 de mayo 2025.- Representantes de los pueblos ribereños del Lago de Chapala ofrecieron este martes una conferencia de prensa frente al Palacio de Gobierno para denunciar la falta de consulta sobre el proyecto de un segundo acueducto que pretende extraer más agua del lago hacia la ciudad de Guadalajara. Las y los asistentes, afirmaron que se enteraron por medios de comunicación de la existencia de una licitación en curso, lo que calificaron como una traición y una violación a sus derechos como pueblos originarios y guardianes del lago.

“Nos enteramos por los medios, ni siquiera sabíamos que existía este proyecto”, declaró Alicia Córdoba, representante de la Sociedad de Amigos del Lago. “La justificación que dieron para construir un nuevo acueducto ni siquiera nos fue comunicada, y cuando comenzamos a investigar, confirmamos que sí hay una licitación activa. Nosotros le llamamos el tercer acueducto porque ya existen el canal Atequizca-Las Pintas y el actual acueducto. Esto es un nuevo intento de despojo”.

Pueblos ribereños denuncian nuevo acueducto en Chapala sin consulta previa: “El lago no es un tinaco”

Los pueblos ribereños manifestaron sentirse profundamente ofendidos por la forma en que se ha manejado el tema. “Nos están aplastando”, enfatizó Córdoba. “El lago es nuestro, lo cuidamos y vivimos de él. No pueden venir a decirnos que nos vamos a beneficiar con mano de obra, eso es una burla. No hay empleos para los ribereños, solo más daño a nuestro territorio”.

Durante la conferencia se denunció que, mientras el gobierno niega públicamente la existencia de un nuevo acueducto, en medios oficiales y declaraciones del alcalde de Chapala habla únicamente de una supuesta “rehabilitación” del sistema actual. “Si quieren transparencia, que nos hablen con la verdad. Exigimos ser tomados en cuenta”, reclamó la activista.

Por su parte, Vicente Paredes Perales, originario de Mezcala, aseguró que la lucha de las comunidades es por la vida misma. “El agua es vida. Con ella pescamos, cultivamos, nos alimentamos. Aunque el lago está contaminado, seguimos consumiendo sus productos. Y aun así, lo defendemos”, declaró.

Paredes denunció que el Lago de Chapala es uno de los más contaminados del país, con presencia de más de ocho metales pesados, pesticidas e insecticidas que ya han provocado enfermedades graves como cáncer y padecimientos renales entre los habitantes. “Y aún con este nivel de contaminación, las autoridades siguen extrayendo agua para enviarla a Guadalajara. Eso no es agua, es enfermedad”.

El representante hizo un llamado urgente a la ciudadanía tapatía: “Invito a los habitantes de Guadalajara a levantar la voz con nosotros. No al acueducto, no más saqueo de agua. Lo que necesitamos es un proyecto serio para sanear el lago, no extraer más agua de un ecosistema que está muriendo”.

Los pueblos ribereños reiteraron que no se oponen al acceso al agua para la ciudad de Guadalajara, pero sí exigen que se respeten sus derechos, se consulten las decisiones que afectan su territorio y se implementen alternativas sustentables. “El agua debe llegar, pero no así, no contaminada, no a costa de nuestras vidas”, concluyó Córdoba.

Por su parte la Dra. Alicia Torres, investigadora de la Universidad de Guadalajara, ofreció un posicionamiento sobre la importancia ambiental, social y cultural del lago, al tiempo que cuestionó los megaproyectos hídricos promovidos por el gobierno estatal.

“¿Qué es el lago? ¿Para qué sirve? Es un vaso regulador hídrico y climático que forma parte del sistema Lerma-Chapala-Santiago. Regula el ciclo del agua, mitiga inundaciones y mantiene caudales ecológicos. Su masa influye directamente en las temperaturas y humedad de la región, generando un microclima favorable para la agricultura. Es hábitat de especies como el charal, muchas de ellas en riesgo por la degradación ambiental”, afirmó.

Desde 2009, el lago de Chapala está reconocido como sitio Ramsar, es decir, un humedal de importancia internacional. Según la Dra. Torres, esto convierte a Chapala en un nodo clave del corredor biológico del occidente-centro del país y en proveedor de servicios ecosistémicos esenciales.

“El lago también es un indicador de salud ambiental. Si el lago está enfermo, su entorno también. Y nosotros, que habitamos ese entorno, estamos enfermos. Lo vemos en Mezcala, y en las enfermedades vinculadas al río Santiago desde Ocotlán hasta El Salto”, denunció la académica.

La Dra. Torres también criticó la falta de transparencia y de enfoque integral en los proyectos hidráulicos que buscan extraer más agua de Chapala para abastecer al Área Metropolitana de Guadalajara, sin considerar los impactos ambientales ni las condiciones de deterioro de las redes de distribución.

“No se trata de traer más agua a una olla rota. ¿De qué sirve gastar millones si vamos a desperdiciar el 50% en fugas? No hay un proyecto integral ni sustentable. Estamos trayendo agua contaminada y enferma para consumo humano. Es criminal, como lo ha señalado la OMS”, sentenció.

La académica advirtió sobre la reducción del volumen del lago no sólo por la extracción del recurso, sino por la presión inmobiliaria, la sedimentación y el crecimiento poblacional descontrolado en la ribera.

“Estamos vendiendo el paisaje al tiempo que lo devastamos. Y las plantas de tratamiento no están preparadas para los contaminantes que llegan. Se ha documentado la presencia de metales pesados, heces fecales y E. coli en el agua que llega a Guadalajara. Nos están vulnerando nuestro derecho humano al agua limpia y a la salud”.

En su intervención, hizo un llamado a una nueva cultura del agua y a reconocer el carácter común y vital del lago.

“El agua no es infinita, el lago no es un tinaco del que se puede sacar agua cuando queramos. Es un ecosistema vivo. Si no se considera a quienes habitan en la ribera, se incurre en violación a los derechos humanos. Este no debe ser un proyecto técnico desde el escritorio, sino uno donde participen todas las voces, con una visión de justicia y sustentabilidad”.

Finalmente, hizo un llamado urgente a la sociedad jalisciense para que se movilice y comprenda que la crisis del lago y del río Santiago no son problemas lejanos.

“Les pregunto a mis alumnos si les afecta Chapala o el río Santiago y dicen que no. Les respondo que el problema está tan cerca como la llave de su casa. Cuando la abres, ahí está el problema. Si no exigimos un cambio ahora, lo que llegará por la llave no será vida, será enfermedad”.

María González, directora del Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (IMDEC), hizo un llamado urgente al Gobierno del Estado de Jalisco a frenar la opacidad en torno a esta obra y abrir un proceso real de diálogo y participación.

“Estamos dando acompañamiento a este frente de pueblos afectados de la Ribera de Chapala, preocupados por dos megaproyectos: el que se menciona en esta conferencia, el nuevo acueducto, y también otro, el acueducto de la presa Solís, que sería para llevar agua al estado de Guanajuato”, explicó González. Subrayó que ambos proyectos deben ser revisados a profundidad por el impacto ambiental y social que podrían generar.

Uno de los principales focos de alerta, señaló, es el aumento exorbitante en el costo del proyecto. “El gobierno estatal lo estimó en 6,500 millones de pesos, pero las empresas que han presentado propuestas lo han duplicado e incluso triplicado. La más baja plantea 13,500 millones, y la más alta, 19,600 millones de pesos”. Para la directora del IMDEC, este sobrecosto representa un “dato alarmante” y evidencia que el proyecto podría estar mal planteado desde su origen o hecho “al vapor”, sin una evaluación técnica rigurosa.

María González también denunció la falta de transparencia por parte de las autoridades. A través de una solicitud de información, obtuvieron una respuesta oficial en la que se afirma que el acueducto actual, en operación desde 1992, sigue funcionando con normalidad. “Se determina que se encuentra en condiciones de operación, a reserva de fallas naturales o antrópicas, lo cual contradice el argumento del gobierno sobre la urgencia de sustituirlo por uno nuevo”, comentó.

Para María González, esta contradicción entre el discurso oficial y la información técnica obtenida por transparencia demuestra la necesidad de abrir el debate. “Estamos en un momento importante, con pocos meses del nuevo gobierno estatal, y el agua y los problemas ambientales deben ser tan prioritarios como la violencia o la inseguridad. Son las dos problemáticas más relevantes en Jalisco.”

Ante ello, reiteró el llamado al Gobierno de Jalisco a establecer un diálogo por el agua, que convoque a comunidades, organizaciones, especialistas, universidades y todos los actores involucrados. “Este proyecto no se ha socializado, lo que genera especulación e incertidumbre en los pueblos, muchas veces fundamentada en la experiencia previa con otros megaproyectos y en una política del agua que ha sido fallida en el estado”, añadió.

Entre las demandas centrales presentadas en la conferencia se encuentra la realización de una inspección de campo en los puntos críticos del sistema actual. Este sábado, organizaciones, especialistas y representantes de las comunidades llevarán a cabo un primer recorrido, aunque insisten en que es el Estado quien debe presentar diagnósticos y estudios técnicos que sustenten la necesidad de un nuevo acueducto.

“Más allá del proyecto, lo que se necesita es un verdadero plan de restauración integral del Lago de Chapala, enfatizó González. Recordó que el lago es parte de la Cuenca Lerma-Santiago, por lo que el Gobierno Federal también debe involucrarse y cumplir con su compromiso de restaurar esta cuenca. En esa línea, exhortó al Congreso del Estado a no aprobar presupuestos destinados al nuevo acueducto mientras no se garantice una política del agua basada en soluciones regenerativas y con enfoque en la naturaleza.

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