Los rupestres son sencillos, pero tienen tanto que proponer con sus guitarras de palo y sus voces acabadas de salir del ron… son poetas y locochones, rocanroleros y trovadores, simples y elaborados: Rockdrigo González
Por: Cinthia Quinto/ @CinQuinto / @somoselmedio
El rock es un estilo musical que nació en la década de los 60’s como una derivación del rock and roll, se caracteriza principalmente por el empleo de melodías y ritmos complejos, su instrumentación es a base de guitarra eléctrica, bajo eléctrico, teclado, y batería, su ritmo es muy enérgico, el cual va ligado a una actitud antiautoritaria y provocativa, a lo largo del tiempo se han desarrollado nuevos estilos y variantes, uno de ellos es el rock rupestre, pero ¿Qué es este tipo de rock?
En la década de los 80’s surgió el movimiento rupestre, un colectivo musical en el que diversos artistas ante la ausencia de recursos para formar bandas con instrumentos eléctricos expusieron una propuesta en donde solo eran acompañados por su voz, una guitarra, teclado o una armónica; sin embargo, su mayor fortuna eran sus letras, las cuales eran complejas y muy parecidas al rock y a la música folk.
Uno de sus principales y más importantes representantes fue Rodrigo Eduardo González Guzmán, mejor conocido como Rockdrigo González, quien nació el 25 de diciembre de 1950, en la colonia Altavista, Tampico, Tamaulipas, sus padres fueron Manuel González Sámano quien era un ingeniero naval y su madre fue Argelina Guzmán.
Durante su infancia y su adolescencia Rodrigo González se cultivó de la tradición musical de la huasteca tamaulipeca, del rock, del blues en lengua inglesa, pero sobre todo de la música del cantautor Chava Flores; estudió en los colegios Federico Froebel y Félix de Jesús Rougier.
Al concluir su educación media superior, se unió a varios grupos de rock en su natal Tampico, así mismo incursionó en el teatro y la literatura; entró a la Universidad Veracruzana en Xalapa, Veracruz, donde estudió psicología; sin embargo, la abandonó.
Para 1975 dejó su ciudad natal y se fue a vivir a la Ciudad de México, en donde vivió en un departamento en la calle de Río Tíber, en la colonia Cuauhtémoc, en donde se ganaba la vida como músico callejero, por otra parte, también tocaba boleros en varias cantinas. Durante sus primeros años en la ciudad creó un dueto con su paisano y amigo Gonzalo Rodríguez y para 1976 comenzaron a tocar temas originales por lo que llegaron a presentarse en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes; de los temas que solían tocar, existen unas grabaciones inéditas, las cuales fueron grabadas entre 1976 y 1977 y actualmente están en manos de la viuda de Gonzalo.
Durante un corto tiempo, Rodrigo regresó a Tampico y trabajó con su padre en un astillero, fue en ese periodo que conoció a Mireya Escalante con quien se casó y tuvo una hija en 1979, a la que llamaron Amanda Lalena y actualmente es conocida como Amandititita; poco después González regresó a la capital e inició una relación con Françoise Bardinet por lo que su relación con Mireya terminó poniendo distancia con ella y su hija, aunque poco después él se acercó nuevamente a su pequeña.
Tiempo después, Rodrigo en compañía de su nueva pareja viajaron a Francia, tierra natal de esta última, en donde pasaron seis meses y durante ese periodo Gonzalez pudo conocer a su ídolo Bob Dylan.
Para 1980 Rodrigo empezó a interpretar sus canciones, equipando su guitarra y un arnés para su armónica, del mismo modo que Bob Dylan, convirtiéndose de ese modo en un trovador urbano y un cronista de la ciudad. Sus canciones incluían elementos de humanidad, picardía, realidad y crítica social, así mismo sus canciones también incorporaron una forma para abordar la sociedad colectiva del hombre contemporáneo.
Poco después, Rodrigo comenzó a trabajar junto a Javier Bátiz, en el Wendy’s Pub, un bar que se localiza en la Glorieta de Insurgentes, en donde se turnaban con distintos grupos, entre los que destacaba el Grupo Dama, que después fue conocido como Heavy Nopal, en dicho bar conoció al escritor José Agustín quien en el diario Unomásuno escribió una reseña en la que manifestó “si ya hay en el rock de México quien domine a la perfección la técnica, la cadencia y el ritmo junto con un talento para componer canciones que retratan nuestra realidad a la altura de nuestros grandes compositores como José Alfredo Jiménez o Chava Flores, no puedo más que decir que, de entrada, con Rodrigo González tenemos un rock más complejo, crítico e inteligente”.
Durante la década de los 80’s, surgió una serie de cantautores que tenían influencias de folk y rock, los cuales le daban mucha importancia al contenido de sus canciones y a partir de diversas actividades artísticas que se realizaron en el Foro Tlalpan, músicos como Cecilia Toussaint, Roberto Ponce, José Cruz, Fausto Arrellín, Nina Galindo, Roberto González y Maru Enríquez, comenzaron a organizar eventos como el de Solo los viernes, a los que Rockdrigo se integró poco después.
En 1982 Jaime López en compañía del saxofonista Alain Derbez, organizaron las Jornadas de la Creación Rupestres, las cuales se llevaban a cabo en el Centro Cultural Ollin Yoliztli.
Para el año de 1984 Rodrigo se juntó con Alain Derbez, Rafael Catana, Roberto González, Roberto Ponce, Nina Galindo, Eblén Macari, Fausto Arrellín, para fundar el Colectivo Rupestre para el cual Rockdrigo escribió un manifiesto:
“No es que los rupestres se hayan escapado del antiguo Museo de Ciencias Naturales ni mucho menos del de Antropología, o que hayan llegado de los cerros escondidos en un camión lleno de gallinas y frijoles. Se trata solamente de un membrete que se cuelgan todos aquellos que no están muy guapos ni tienen voz de tener ni componen como las grandes cimas de la sabiduría estética, o (lo peor) no tienen un equipo electrónico sofisticado lleno de sintes y efectos muy locos que apantallen al primer despistado que les ponga enfrente. Han tenido que encuerarse en sus propias alcantarillas de concreto y en muchas ocasiones quedarse como el chinito ante la cultura: nomás milando. Los rupestres por lo general son sencillos, no lo hacen mucho de tos con tantos chango y faramalla como acostumbran los no rupestres, pero tienen tanto que proponer con sus guitarras de palo y sus voces acabadas de salir del ron… son poetas y locochones, rocanroleros y trovadores, simples y elaborados. Gustan de la fantasía, le mientan la madre a lo cotidiano, tocan como carpinteros venusinos y cantan como becerros en un examen final del conservatorio”.
En ese mismo año, Rodrigo apareció en la película Un toke de rock, de Sergio García Michel. Poco después organizaron el 2do Festival de la Canción Rupestre en el Museo del Chopo, por lo que el colectivo creció y cobró mayor importancia, simultáneamente Javier Batíz, llamó a Rockdrigo a cantar el tema Blowin in the wind de Bob Dylan en su disco Radiocomplacencias.
La fama del profeta del Nopal como igualmente era conocido Rodrigo creció al grado de ser un artista muy querido por su público especialmente conformado por jóvenes marginales que se identificaban con las letras de sus canciones, las cuales retrataban su propia realidad.
Gracias a Roberto Ponce, Rodrigo conoció a Jorge Pantoja, que en ese entonces era el nuevo director del Museo del Chopo; Roberto lo comenzó a representar y le organizó varios conciertos en el museo, los cuales eran alternados con Botellita de Jerez y Álex Lora, poco después junto a Francisco Acevedo, Adrian Gasca y Fausto Arrellin, fundaron el grupo Quál, nombre que escogió Rockdrigo en honor a su gato el cual había dejado en Tampico, desde ese momento él comenzó a turnar sus presentaciones con su grupo y con las que él hacía en solitario con su guitarra.
Poco después Rodrigo fue invitado al programa Dos hasta la medianoche, de Radio Mexiquense de la cual existe una grabación que circula por redes sociales como una grabación no oficial.
En el año de 1985 a pesar de que Jorge Pantoja ya había dejado la dirección del Museo del Chopo, le consiguió a Rodrigo diversas presentaciones en diferentes foros bajo el patrocinio del Consejo Nacional de Recursos para la Atención de la Juventud (CREA), así mismo le consiguió presentaciones en el Festival del Partido Socialista Unificado de México (PSUM) el cual se realizaba en el Palacio de los Deportes.
En ese mismo año Rockdrigo de manera independiente editó un casete titulado Hurbanistorias, en las que se encontraban varios temas, siendo la canción de La Estación del metro Balderas la más destacada. Apareció en la película “y ¿Cómo ves? De Paul Leduc.
Por otro lado, El Tri realizó una versión de la canción Metro Balderas, sin el consentimiento de Rodrigo, en dicha interpretación, Álex Lora le cambió el sentido a la canción ya que en la letra original un joven pierde a su novia entre las multitudes del metro pero en la versión de Lora la joven se convierte en prostituta para hacerla más comercial, además de que eliminó la referencia a Sigmund Freud, hecho con lo que Rockdrigo no estuvo de acuerdo, por tal motivo los créditos del tema del Tri aparecieron como coautoría de Rodrigo González y Alejandro Lora.
Por otra parte, en el mes de septiembre, con la ayuda de Pepe Návar, Rodrigo entabló negociaciones con la discográfica WEA, con la que acordó llevar un demo con 67 canciones en las que se incluían temas inéditos, aunque la grabación del disco jamás se concretó, en primer momento por la repentina muerte de Rockdrigo y en segunda porque en términos de porcentajes de regalías Návar no se pudo poner de acuerdo con el padre de este.
El lunes 16 de septiembre, con motivo del primer aniversario del periódico La Jornada, Rockdrigo, tocó en un baile en el Salón Colonia en donde alterno con Javier Bátiz, además el fotógrafo Fabrizio León le hizo el que sería su último estudio fotográfico.
El jueves 19 de septiembre a las 7:19 a.m. un terremoto sacudió a la Ciudad de México y el edificio en Bruselas 8, en la colonia Juárez, donde vivía Rodrigo y su pareja Françoise Bardinet, se derrumbó, por lo que ambos murieron.
Al lugar del derrumbe acudió Gonzalo Rodríguez, después de que Rodrigo ni su esposa le contestaban el teléfono, fue él quien rescató y reconoció los cuerpos de su amigo y su esposa.
Cuando el padre de Rodrigo le exigió a Gonzalo que le entregara las grabaciones de su hijo, Návar se negó argumentando que mientras no se tuviera evidencia jurídica que quien podía exigir los derechos de dichas canciones, no se las entregarían, aunque desde ese momento las cintas han quedado bajo su custodia.
El cuerpo de Rodrigo fue trasladado a Tampico en donde fue velado y enterrado, después de su muerte su expareja Mireya Escalante, cada 19 de septiembre organizó homenajes en honor a Rockdrigo justo en el lugar donde se derrumbó su edificio.
De igual manera en 1985, se publicó El profeta de Nopal, en Discos Pentagrama, en el que se incluían temas inéditos los cuales fueron a partir de grabaciones caseras las cuales incluían una temática de fusión entre el campo, la ciudad y el desgarramiento cotidiano.
Mientras tanto sus colegas rupestres fundaron la asociación civil Rancho electrónico, con el objetivo de juntar y editar su obra al igual que recaudar sus regalías para obtener un fideicomiso el cual serviría para contribuir para la educación de su hija Amada Lalena.
En el año de 1986, Discos Pentagrama, reeditó el disco Hurbanistorias y después en 1989, bajo la dirección de Fausto Arrellín, se reeditó Aventuras en el DeFe, el cual contenía temas nuevos que procedían de grabaciones rudimentarias, así como de una grabación que fue hecha en su casa en 1982 y una canción en vivo en el Café Arte-Sanos, de la ciudad de Aguascalientes, en 1984, por otra parte en la red circula una edición pirata (bootleg) de la grabación del concierto completo en el café de Arte-Sanos.
Discos Pentagrama en 1992 bajo el cargo de Fausto, a partir de las grabaciones que se realizaron en 1984 y 1985, editó el cuarto disco de Rockdrigo titulado No estoy loco.
Una placa conmemorativa y una estatua de Rodrigo se revelaron en su honor, en la estación del metro Balderas, en el año 2011.
Gracias a su genuino talento Rodrigo se convirtió en un parteaguas y punto de antecedente para el rock nacional y después de su muerte, el mito alrededor de la figura creció, por lo que diferentes artistas han interpretado sus canciones, tal es el caso de El Tri, Botellita de Jerez, El Gran Silencio, Sabina, entre otros.
Por otra parte, hay diversas publicaciones con relación a Rodrigo como lo es Rockdrigo González, Tiempos de híbridos/ El sacerdote Rupestre en 2015, la cual incluye escritos de Alejandro Arteaga, Jesús Vicente García, Brenda Ríos, Nora de la Cruz, Amanda Lalena González, Armando Vega-Gil y Silvia Aguilar.