Las madres buscadoras de Colima realizaron una eucaristía en la Plaza de las y los Desaparecidos, acompañadas por el Obispo de Colima, Monseñor Gerardo Díaz Vázquez, para recordar a sus hijos e hijas desaparecidos.
Texto y fotografías Monserrat Cárdenas / @Somoselmedio
Colima, Colima 10 de mayo 2025.- Al pie del árbol de olivo que plantaron hace cuatro años en lo que renombraron como la Plaza de las y los Desaparecidos, las madres buscadoras de Colima celebraron este sábado una eucaristía oficiada por el Obispo de la Diócesis del estado, Monseñor Gerardo Díaz Vázquez, en conmemoración del Día de las Madres.
En medio de decenas de fotografías de personas desaparecidas y flanqueado por las consignas “Justicia” y “Ni un desaparecido más” que componen la Plaza, el Obispo de Colima, en compañía del sacerdote responsable de la Pastoral Social de la Diócesis, Jesús Mendoza Aguilar, y de un par de clérigos más, expresó su solidaridad con las madres y las llamó “la voz profética de México”.
“La voz profética la han tenido ustedes. En este tema, la voz profética, no sólo en Colima, sino en México, han sido ustedes que sin miedo anuncian este dolor, esta realidad, denuncian la opacidad, la injusticia, la corrupción, la complicidad. Yo agradezco esa voz profética que ustedes tienen”, expresó.
Durante la misa algunas de las madres buscadoras tomaron el micrófono para dar su testimonio y contar sus historias y las de sus hijas e hijos desaparecidos. Hablaron del dolor, de la incertidumbre y desesperación, de las fuerzas que se agotan y de cómo es vivir un 10 de mayo más sin ellos.
“Es una experiencia lamentable, porque no vives, estás con la incógnita, con la agonía, con la desesperación de saber si está bien, si come, si tiene abrigo, si tiene un techo para cubrirse del sol, del frío; te agarras pensando miles de cosas. Yo las invito a que se solidaricen con nosotras y a que empaticen, y a que si tienen alguna noticia o saben algo nos la compartan. Nosotros somos un grupo que nos hemos apoyado mucho. Yo le doy gracias a Dios por haber encontrado a la Red Desaparecidos de Colima porque me han ayudado mucho”, señaló en su intervención Imelda Velasco, madre de Christian Nicolás Ortega Velasco, desaparecido el 8 de junio de 2020 en la capital del estado.
Tras las participaciones, Monseñor habló de la reunión nacional que tuvieron hace días los Obispos de México, en la que acordaron abrirle las puertas de sus templos a las familias buscadoras y ponerse al servicio de la causa de los desaparecidos.
“Entre nosotros nos comprometimos a colaborar lo más que podamos con las madres buscadoras y los colectivos. Lo que podamos nosotros, aquí estamos. Queremos acompañarlas, no queremos estar al frente, esa es una tarea de ustedes. En las parroquias de la Diócesis yo les diré a los sacerdotes que cuando necesiten algún apoyo, las parroquias estén abiertas”, indicó.
Por su parte, las madres agrupadas en la Red Desaparecidos en Colima A.C., hablaron en su pronunciamiento del cansancio que se ha acumulado en ellas a lo largo de los años y cómo “sienten que el cuerpo envejece, cómo la energía se agota, mientras las autoridades siguen ausentes”.
Por ello, en un llamado a la esperanza y la unidad, el sacerdote Jesús Mendoza invitó a las familias de personas desaparecidas a organizarse en colectivos de búsqueda y fortalecer los lazos entre quienes atraviesan por el mismo dolor para facilitar su camino en la búsqueda de sus hijos.
“Ellas (las madres) desean que este grupo se vaya haciendo más grande. Es importante que a este grupo se vaya integrando más gente, y es la forma en la que se puede llegar a más lugares, a más acciones de búsqueda. Yo sé que hay mucho temor, por eso mucha gente también se la piensa, y es normal, pero creo que tenemos que ir venciendo poco a poco esos miedos y tenemos que irnos integrando. Pidámosle a Dios que este colectivo pueda crecer más para poder atender tantas demandas de quienes se presentan”, dijo.
Ese cansancio del que hablaron las madres y el temor que mencionó el sacerdote lo conoce bien Carmen Aguilar Rodríguez, madre de Elsa Verónica Munguía Aguilar, desaparecida el 20 de julio de 2024 en Villa de Álvarez, Colima.
“Mi hija y mi nieto que están en la Red viven dolor, viven cansancio, viven emociones e imágenes muy fuertes. Yo desgraciadamente no puedo ir, estoy en tratamiento psicológico y psiquiátrico porque es muy fuerte la pérdida, pero ellos siguen, quisieran ir todos los días, pero no se puede”.
En este día tan simbólico para las madres mexicanas, haberse encontrado en la Plaza de las y los Desaparecidos fue un abrazo al alma, una fuente de luz incentivada por la oración, una celebración de su inmensa esperanza y labor.
“Admirar a todas las que somos mamás y tenemos personas desaparecidas, y tenemos que vivir este Día de las Madres con un dolor tan grande, pero las felicito por estar de pie todavía día con día. A pesar de que sean recientes o tengan años de buscar a sus hijos, seguimos de pie, por eso felicidades a todas las mamás”, expresó Carmen Aguilar.