A diez años de la demanda colectiva contra Monsanto, organizaciones defensoras del maíz alzan la voz contra las empresas creadoras de maíz transgénico y el peligro que representa para la biodiversidad, la salud y la cultura de México.
Por Abraham Reyes García/ @Abraham_ReyesG
Con motivo del décimo aniversario de la demanda colectiva contra transgénicos y la defensa de los maíces nativos en México, se dio una conferencia de prensa este 5 de junio en el Centro Nacional de Comunicación Social (CENCOS). En el evento estuvieron presentes Tania Monserrat Téllez, René Sánchez Galindo, Mercedes López Guerrero, Antonio Turrent Fernández y Alicia Sarmiento.
Durante la conferencia se resaltó la importancia de la dura lucha ininterrumpida en defensa del maíz que ha hecho la comunidad demandante conformada por 53 personas y 22 organizaciones civiles, incluyendo comunidades campesinas, agricultores, artistas, chefs y defensores del medio ambiente y de los derechos humanos. La cual ha resistido y luchado contra la desaparición de la biodiversidad y los maíces nativos del país. Una lucha contra intereses de empresas creadoras de maíz transgénico que solo se enfocan en lo económico, y en su paso destruyen esta biodiversidad de los maíces nativos, que no solo son indispensables para la gastronomía mexicana, sino también para el legado milenario que estos representan a las comunidades productoras.
Fue en el pasado 6 de junio de 2013, cuando esta demanda colectiva obtuvo una medida cautelar que prohibió la siembra comercial de maíz genéticamente modificado en su centro de origen y diversificación. La demanda colectiva suspendió 79 permisos para la siembra comercial de maíz transgénico en el norte de México, evitando así la contaminación de los valiosos maíces nativos. Esta medida cautelar fue ratificada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en agosto de 2021, a pesar de 100 impugnaciones hechas por las empresas productoras de maíz transgénico, y así se reconoció la importancia de preservar la biodiversidad cultural y las millas de variedades de maíz que forman parte de la identidad y las tradiciones de México.
Además, se resaltó la gran victoria que está organizaciones ha tenido en contra de las poderosas empresas transnacionales como Bayer-Monsanto, Syngenta, Dupont-Ortega y autoridades gubernamentales mexicanas cómplices en la contaminación de los maíces nativos y los daños causados por el herbicida glifosato. La importancia de esta lucha ha trascendido fronteras, ya que los daños a la salud del glifosato han sido documentados en numerosas investigaciones científicas y han generado más de 100,000 demandas en Estados Unidos. Así como también se ha ratificado lo peligroso que es la siembra de maíz con este herbicida en conjunto con los maíces nativos.
“Investigaciones de otras naciones demuestran que donde se siembran transgénicos hay contaminación por el polen llevado por el viento o por los insectos polinizadores. Legalizar la siembra aumentaría brutalmente esa contaminación que amenaza directamente la biodiversidad y el patrimonio genético agrícola más importante de México. No olvidemos que es el legado de millones de campesinos y comunidades que crearon estas maravillosas razas de maíz y lo siguen manteniendo. Al ser el cereal más importante en el mundo por su volumen de producción versatilidad en usos y adaptabilidad a condiciones climáticas muy diversas se convertido en un blanco para las empresas productoras de maíz genéticamente modificado” Dijo la Doctora Mercedes Martínez López.
Asimismo, el abogado René Sánchez Galindo mencionó que, en cuanto a los avances legales, en septiembre de 2013 un juez federal dictaminó que no se podía sembrar maíz transgénico en México de manera preliminar y precautoria. Sin embargo, después de impugnaciones y litigios, se permitió la siembra experimental con fines científicos. Con una evaluación en el medio receptor como lo manda el Protocolo de Cartagena, la cual abarca desde la diversidad genética y biocultural del maíz en el país, hasta los miles de mexicanos consumidores de este producto. No obstante, hasta la fecha, la industria no ha solicitado ningún permiso para siembras experimentales debido a los riesgos de ser evaluados en el medio receptor, incluida la salud de los mexicanos.
Sánchez Galindo subrayó la importancia de evaluar los impactos reales en el medio ambiente y en la salud de las personas, ya que los transgénicos pueden ser seguros en el laboratorio, pero su impacto en los cultivos y en los alimentos es una preocupación distinta. En ese sentido, reafirmó el compromiso de seguir en esta lucha desde cada trinchera, para proteger la diversidad biocultural y los derechos fundamentales de los mexicanos.
También, se resaltó sobre el papel de las organizaciones campesinas y de pueblos originarios en la defensa de sus derechos y la protección de sus recursos agrícolas frente a los desafíos planteados por el Tratado de Libre Comercio y la introducción de semillas transgénicas. Alicia Sarmiento Sánchez mencionó, que “tras la implementación del TLC, los precios de las semillas y los granos básicos cayeron, lo que ocupó y motivó a las organizaciones a buscar alternativas para mejorar la producción y garantizar una alimentación adecuada”. Por ende, se crearon las ferias campesinas de semillas como una forma de resistencia, donde se intercambian productos y se promueven prácticas agroecológicas. Además, se destacó la importancia de contar con el apoyo de profesionales como investigadores y abogados, quienes brindaron asesoramiento y acompañamiento en la lucha por los derechos de los campesinos y la protección de la biodiversidad.
También, hizo hincapié en los efectos negativos de la revolución verde y la introducción de semillas transgénicas en los suelos y la contaminación ambiental, lo cual ha contribuido al cambio climático y la pérdida de la biodiversidad. Ante esta situación, se destacó la importancia de proteger el maíz nativo. Y por lo tanto se debe festejar la promulgación de una ley de protección del maíz como un logro significativo.
Finalmente se destacó la importancia de seguir con la lucha en defensa del maíz, y pedir la prohibición total del maíz transgénico, por lo cual pidieron a los medios mayor difusión sobre este tema, así como la suma de más gente interesada.
“Queda un largo camino para lograr la prohibición definitiva de la siembra de maíz genéticamente modificado en México, así como del derecho a un medio ambiente sano y demás derechos conexos. La sentencia y la medida precautoria tendrán implicaciones trascendentales para 125 millones de personas consumidoras que defienden o anhelan lo que aquí está en juego, los derechos a la biodiversidad de maíces nativos y a un ambiente sano sin los cuales no puede garantizarse la soberanía alimentaria ni la protección a la salud, así que congratulémonos defendamos esta demanda e informémonos. Desde aquí estamos resistiendo, desde aquí decimos NO a las semillas de maíz, genéticamente modificada y SIN MAÍZ NO HAY PAÍS” Recalcó Mercedes López.