#JusticiaParaBriseida y una Red de Alas de Libertad tejida entre madres de víctimas alzando la voz en el #25N

// Por Paco Dorado - Fotografías de Manuel Amador y Paco Dorado

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Fotografía: Paco Dorado/Somoselmedio.com

Ecatepec, Estado de México, 25 de noviembre de 2019

En el marco del Día Internacional de la Eliminación de Todas las Formas de Violencia en Contra de las Mujeres; familiares, vecinos y amigos de Briseida Carreño Maya, de 32 años, víctima de feminicidio en Ecatepec, Estado de México, realizaron una caminata acompañadas por madres y familiares de víctimas de feminicidio y la Red Denuncia Feminicidios Estado de México (Redefem Edomex), coordinada por el maestro Manuel Amador, quienes también realizaron un memorial humano titulado “Alas de Libertad”, a modo de performance para la exigencia de justicia para la joven madre de dos niños.

#JusticiaParaBriseida

La última vez que su familia vio a Briseida con vida se dirigía a una fiesta, iba acompañada de quien fuera su pareja sentimental desde hacía aproximadamente cuatro meses. Salió de su casa, en la colonia Valle de Aragón, Tercera Sección, en Ecatepec, el viernes 9 de noviembre de 2018. Al otro día fue localizada sin vida en las calles del municipio de Chimalhuacán, Estado de México, la habían golpeado y torturado, su cuerpo estaba calcinado.

Fotografía: Paco Dorado/Somoselmedio.com

El hombre con quien salió rumbo a la fiesta, quien fuera su pareja sentimental, se encuentra actualmente en proceso penal por el feminicidio de la joven, a un año de los hechos aún no existe una sentencia condenatoria, al contrario, la familia de Briseida ha sido amedrentada a lo largo del proceso legal.

A un año del feminicidio de Briseida y en el marco del Día Internacional de la Eliminación de Todas las Formas de Violencia Contra las Mujeres, su familia convocó a una caminata para exigir a las autoridades la realización de un proceso legal con la debida diligencia, perspectiva de género y acceso a la justicia. En Además en dicho evento se realizó el performance político “Alas de Libertad”, un memorial humano para rememorar la vida y las cosas que le gustaban a la joven.

Fotografía: Manuel Amador/Somoselmedio.com

La marcha inició alrededor de las once del día del sábado 23 de noviembre, el punto de partida fue el Tecnológico de Estudios Superiores de Ecatepec (TESE); iban vestidas en colores pastel, los que le gustaban a Briseida. Recorrieron la Avenida Carlos Hank González, mejor conocida como la Avenida Central bajo el sol intenso del mediodía, para después rodear la colonia y llegar a la calle donde vivía, el punto donde fue vista por última vez por sus familiares, la noche en que se fue de fiesta con el que fuera su novio.

Fotografía: Manuel Amador/Somoselmedio.com

Las madres y familiares de víctimas de feminicidio, una red de esperanza de acceso a la justicia

Entre la intolerancia de los automovilistas, que tocaban los cláxones con insistencia apurando a la comitiva para poder pasar, la indiferencia de la mayoría de la gente y de los clientes de diferentes negocios del rededor, y la atención o la sorpresa de algunos cuantos habitantes de la colonia, circulaban unas cincuenta personas coreando consignas en exigencia de justicia para Briseida y las mujeres víctimas de feminicidio en México: “¡Ni una más, ni una asesinada más!”, “¡Justicia para Briseida!”, “Las balas que disparaste las pagarás!”.

Fotografía: Manuel Amador/Somoselmedio.com

A la familia de Briseida las ha acompañado Sacrisanta Mosso Rendón, madre de Karen de 17 años y Erick de 12, asesinados y torturados hace un par de años en la colonia Nuevo Laredo, de Ecatepec, por quien fuera su primo hermano, de 17 años y que en estos momentos está cumpliendo una pena de 5 años de prisión por el doble asesinato, los actos de tortura y la violación de la menor quien estudiaba en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Fotografía: Paco Dorado/Somoselmedio.com

Dentro de las asistentes también se encontraba Claudia Fernández, madre de Fernandita Cervantes, de 17 años, asesinada un año atrás en la colonia CTM-El Risco, de la alcaldía Gustavo A. Madero en la Ciudad de México en los límites con Ecatepec, por un sujeto que la había contactado por facebook y mientras se encontraba de visita en la casa de su papá, aprovechó una salida de la joven a la tienda para interceptarla; la llevó a una supuesta reunión y después la golpeó, la torturó y la violó, abandonando su cuerpo a unos doscientos metros de la casa de su padre, en un andador rodeado de casas y ventanas donde muy seguramente algunos vecinos escucharon sus gritos de auxilio, pero nadie salió para ayudarla.

Fotografía: Paco Dorado/Somoselmedio.com

También entre las acompañantes se escuchaba gritar las consignas exigiendo justicia a la señora Ana Sánchez, madre de Noemí Haydee Hernández Sánchez, de 20 años, quien desapareció en agosto pasado al salir de su trabajo, en un centro comercial de Tizayuca, Hidalgo, y cinco días después fue localizado su cuerpo en la autopista Arco Norte. Hasta el momento no hay avances en las investigaciones para esclarecer el feminicidio de Noemí Haydee, ni se tiene indicios de los responsables.

Fotografía: Paco Dorado/Somoselmedio.com

Casi al final de la marcha, acompañando a la señora Tere Maya, madre de Briseida, viene Heidi, sobrina de Xóchitl Ivette Ávalos Díaz, de 44 años, asesinada por asfixia y golpes, torturada por quien fuera su pareja sentimental, Francisco Mendoza Gómez, en la colonia La Florida del mismo municipio. El feminicida escondió el cuerpo de Xóchitl Ivette debajo de la cama y antes de escapar saqueó la casa de ella, estuvo prófugo durante dos años, pero en septiembre pasado fue detenido y actualmente se encuentra en proceso judicial.

Fotografía: Manuel Amador/Somoselmedio.com

Casi al inicio, con faldas desgarradas con nudos en colores pastel y plástico transparente con flores amarillas y rosas caminaron mujeres integrantes de la Red Denuncia Feminicidios Estado de México, quienes realizarán el perfonmance “Alas de Libertad”, un memorial humano en honor a Briseida; Diana Ceballos al igual que sus compañeras, camina descalza sobre el asfalto caliente y agrietado, su prima Ruth Abigail Zamora Ceballos, de 14 años, fue asesinada por la ex pareja de su mamá en septiembre de 2014, un mes antes de cumplir los 15 años, fue violada, golpeada y torturada al interior de su propio domicilio, en Melchor Ocampo, Edomex. La joven estaba preparando su fiesta de VX años y planeaba bailar el vals con un vestido rojo y sus tenis Converse. Actualmente el feminicida se encuentra preso purgando la condena por el asesinato de Ruth Abigail, Peluchin, como le decía su hermana y su prima.

Fotografía: Paco Dorado/Somoselmedio.com

Diana participa en la Redefem Edomex haciendo performances y apoyando a familiares para exigir justicia desde el arte performático a partir de su involucramiento en un acto realizado en la memoria de su prima y exigencia de justicia.

Esta Red de apoyo, sororidad, empatía y solidaridad entre madres y familiares de víctimas de feminicidio, y organizaciones de la sociedad civil ha sido necesaria en el largo camino por el acceso a la justicia, el acompañamiento que las mismas familias dan a otras que inician en la exigencia ante la indiferencia y la opacidad con que se manejan las autoridades y los altos índices de impunidad que imperan en la demarcación.

Fotografía: Paco Dorado/Somoselmedio.com

México es un país donde diariamente asesinan a 9 mujeres, de acuerdo a cifras de ONU Mujeres México. El Estado de México ha sumado más de 160 muertes violentas de mujeres con presunción de feminicidio, de acuerdo al portal A Fondo Estado de México, ellos llevan, a partir de sus notas una estadística puntual en toda la demarcación.

Alas de libertad, memorial humano, performance politico

La caminata en exigencia de #JusticiaParaBriseida ha llegado a su fin en la calle donde ella vivía, en esa esquina fue donde la vieron con vida por última vez, ahí integrantes de la Red Denuncia Feminicidios Estado de México comienzan el memorial para la joven traen mecates con tizne amarrados en las muñecas, faldas deshilachadas de tela amarilla, rosa pastel y de plástico transparente.

Fotografía: Paco Dorado/Somoselmedio.com

Con movimientos de danza, de reconocimiento del cuerpo y sonidos de aves en vuelo pronuncian el nombre de Briseida: “Yo soy Briseida y este es el último lugar en el que mi familia me recuerda con vida”; “Yo soy Briseida y amo la libertad, amo la música de banda y me gustan los colores pastel”; “Yo soy Briseida y a mi me encantaba bailar, amaba a mis hijos, amaba a mi familia”; “Yo soy Briseida y estoy aquí para exigir justicia!”.

Fotografía: Manuel Amador/Somoselmedio.com

La danza continúa, se desatan mecates y se despojan de las faldas de plástico transparente que son símbolos de desechabilización y de la violencia que impera hacia las mujeres; juegan con los hilachos de plástico mientras se escuchan los ladridos de perros desde las casas y los motores de carros en la avenida.

Fotografía: Manuel Amador/Somoselmedio.com

Las participantes del performance se despojan de los plásticos y se acerca una a una a la familia de Briseida que al frente del acto resguarda atenta: “familia, yo estoy bien y estoy en paz porque los abrazo con toda mi alma”, “mamá, siempre hiciste lo correcto para mí, ¡gracias!”, y así sucesivamente como un reencuentro con Briseida encarnada en los cueropos de las danzantes, a cada una de los familiares le entregan rosas rojas, que eran las favoritas de ella.

Fotografía: Manuel Amador/Somoselmedio.com

Al unísono, las participantes regresan al centro, deshojan flores y provocan una lluvia de petalos, gritan fuerte “¡Ahora es un lugar lleno de flores, para celebrar la vida de Briseida que siempre fue una mujer feliz y alegre, ahora es un lugar lleno de color!“¡No nos cansaremos de exigir justicia por Briseida!

Fotografía: Manuel Amador/Somoselmedio.com

Es ritual que evoca y celebra la alegría y la libertad que en vida fue Briseida, un ritual de cuerpos y abrazos, de movimientos y flores, de sororidad y empatía por Briseida, para su mamá y su familia. Las madres de víctimas de feminicidio se abrazan sin poder contener el llanto, por las vidas que les han arrebatado en un país machista y misógino, en un país donde no existe el acceso a la justicia para las víctimas sin un largo andar diariamente alzando la voz, mencionando el nombre de sus hijas, sus hermanas, sus primas, sus tías.

Fotografía: Paco Dorado/Somoselmedio.com

Briseida amaba la música, apenas termina la danza de libertad que acaban de evocar y Rubí Romero, una mujer joven comienza a cantar las canciones que más le gustaban, “Tal como eres”, que le cantaba a sus hermanas; “Mi último deseo” y “Te extrañaré”, “tenlo por seguro, ojalá pudiera devolver el tiempo para verte de nuevo, para darte un abrazo y nunca soltarte”.

Fotografía: Paco Dorado/Somoselmedio.com

Briseida fue una mujer alegre que le gustaba festejar y celebrar la vida. Fue una mujer libre en un mundo indolente. Ese día los aproximadamente cincuenta asistentes gritaron su nombre con la convición de hacerlo escuchar, de que las Juezas, los Jueces y todo el sistema de justicia se graben que no descansarán hasta que el feminicida pague por justicia.

Fotografía: Paco Dorado/Somoselmedio.com

¿Cuantos rituales como este son necesarios para rememorar la vida de las mujeres y niñas arrebatadas de la vida, de sus familias? ¿Cuántos nombres son necesarios gritar en la calle para que la gente se solidarice y las autoridades escuchen? ¿Cuántos caminos de desiertos desolados en medio del asfalto y cláxones intolerantes de automovilistas son necesarios caminar para llegar al país de la Justicia?

Y no! No habrá silencio, se seguirán escuchando con cada vez más potencia, cada vez más y más fuerte los nombres de Briseida, de Karen y Erick, de Fernandita, de Noemí Haydee, de Xóchitl Ivette, de Ruth Abigail, de todas las mujeres y las niñas asesinadas en México. Sus rostros los tendremos presentes. No habrá silencio, las balas que disparaste las pagarás

Fotografía: Paco Dorado/Somoselmedio.com

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