Con más de una década de resistencia, el Colectivo Agroecológico Teocinte denunció la intención del Ayuntamiento de Zapopan de cambiar arbitrariamente el nombre del Parque Agroecológico, espacio que han construido y defendido desde 2013. “No vamos a permitir que borren nuestra historia”, afirmaron durante un conversatorio abierto con fuerte respaldo ciudadano.
Por Mario Marlo / @Mariomarlo
Zapopan, Jalisco, 24 de julio de 2025.– El Colectivo Agroecológico Teocintle, con más de una década de trabajo comunitario, educativo y ambiental en el Parque Agroecológico de Zapopan, denunció este miércoles el intento del gobierno municipal de cambiarle el nombre al espacio. La propuesta, que partió del área de Colmena de la Dirección de Desarrollo Comunitario del Ayuntamiento de Zapopan, fue rechazada por la comunidad, que calificó la acción como un acto de “borrado de memoria y despojo institucional”.
En una conferencia de prensa realizada en el mismo parque –reconocido también como “el PAZ” por sus siglas–, integrantes del colectivo, vecinos, académicos, terapeutas, jóvenes y personas mayores compartieron testimonios, exigencias y emociones en torno al valor histórico, ambiental y comunitario del lugar. “Aquí no se va a cambiar ningún nombre. No vamos a permitir que borren 12 años de lucha, construcción y transformación colectiva”, declaró Ángeles Ortiz, fundadora del proyecto.
El conversatorio se organizó luego de que el Ayuntamiento difundiera por canales oficiales la intención de lanzar una consulta pública para renombrar el parque, sin consultar previamente a las y los integrantes del colectivo ni a la comunidad que ha participado activamente en su creación.
A raíz del llamado de Teocintle, el municipio notificó que dicha votación sería suspendida hasta nuevo aviso. Sin embargo, las actividades programadas por el colectivo se mantuvieron como una forma de “hacer visible la historia, la identidad y la resistencia del espacio”, señalaron.
“Este lugar era un basurero y lo transformamos en un pulmón urbano lleno de biodiversidad”, recordó Don Chuy, uno de los guardianes del huerto. El parque cuenta con baños secos, edificios de bioconstrucción, decenas de especies de aves, huertos comunitarios y una programación continua de talleres agroecológicos, terapias comunitarias y actividades culturales, todo impulsado de forma autogestiva.
La jornada fue también una denuncia pública contra lo que el colectivo considera una estrategia de hostigamiento sistemático por parte del Ayuntamiento desde el cambio de administración. Relataron que se les ha limitado el acceso a espacios que ellos mismos diseñaron y construyeron, como aulas, cocinas y bodegas. “Nos piden permisos burocráticos para usar nuestras propias instalaciones. Incluso nos han cerrado los baños y se han desaparecido nuestras herramientas”, denunciaron.
Las voces presentes insistieron en que el parque ha alcanzado reconocimiento local, nacional e internacional gracias al trabajo sostenido del colectivo. “Aquí nació el Festival de la Tierra, aquí se han realizado encuentros mesoamericanos, y han venido referentes de la agroecología mundial como Fernando Funes, Bandana Shiva y Miguel Escalona”, subrayó Everardo Pérez, de la Red de Agricultura Urbana.
“El cambio de nombre no es un tema menor. Es borrar un proceso colectivo, un símbolo de resistencia, una historia viva”, expresó Elvia García, terapeuta que ha ofrecido atención gratuita a cientos de personas en el espacio.
Durante el encuentro, también se recordó que el parque forma parte del área natural protegida “El Arroyo de la Campana”, lo cual le otorga una importancia ambiental adicional en la recarga de mantos acuíferos para la ciudad. “Este lugar no solo siembra alimentos, siembra conciencia, comunidad y vida”, señalaron.
Al concluir el evento, se leyó un comunicado donde el colectivo exigió respeto a su trayectoria y al nombre del Parque Agroecológico de Zapopan, solicitando un diálogo abierto y participativo para cualquier decisión que afecte la identidad del espacio. Además, iniciaron una recolección de firmas físicas y virtuales bajo el lema #DejenEnPazAlPAZ, el cual fue plasmado en una pancarta colectiva como símbolo de resistencia.
“Nos quieren despojar con burocracia lo que hemos ganado con trabajo comunitario”, sentenció una de las participantes. Y añadió: “Nosotras no luchamos por poder ni dinero. Luchamos por la tierra, por la dignidad y por el derecho a decidir sobre nuestros espacios”.