Este lunes, la comunidad estudiantil de la Escuela de Artes de Jalisco realizó una protesta artística en la explanada del edificio Arroniz para denunciar la precarización sistemática y exigir condiciones dignas para el sector cultural.
Por Yohan Rodriguez / @yohnfoto
Guadalajara, Jalisco, 16 de junio de 2025.– Con vestimenta de “payasos formales” y obras en mano, estudiantes de la Escuela de Artes de Jalisco (LEA) realizaron esta mañana una protesta artística en la explanada del edificio Arroniz, sede de la Secretaría de Cultura de Jalisco, para denunciar lo que calificaron como violencia institucional y precarización sistemática por parte de las autoridades culturales estatales.
La manifestación, que se llevó a cabo de 9:00 a 11:00 horas, consistió en una intervención pacífica en la que se formó un “cubo blanco humano”, como metáfora de las galerías institucionales y la exclusión del arte crítico y popular. Las y los asistentes también llevaron sus obras —pintura, fotografía, grabado, poesía, entre otras— para compartirlas con el público y reafirmar el papel del arte como herramienta de denuncia.
“Esta fue una protesta artística pacífica pensada desde el acuerpamiento y la presencia”, señalaron organizadores en el comunicado previo al evento. “Rechazamos cualquier enfrentamiento con personal del edificio o fuerzas policiales.”
Durante la protesta, se realizaron lecturas de poesía, performances, música en vivo, danza, juegos y acciones escénicas, creando un ambiente colectivo y diverso en torno a la resistencia cultural. Además, se solicitó el apoyo de quienes pudieron llevar bocinas, micrófonos y equipos para registrar el acto.
La comunidad estudiantil LEA denunció la precarización que vive el sector artístico en Jalisco, y exigió diálogo y acciones concretas por parte de la Secretaría de Cultura para revertir la marginación de proyectos estudiantiles y emergentes.
La protesta se enmarca en un clima de creciente descontento entre artistas y estudiantes en Jalisco, quienes han denunciado en distintas ocasiones la cancelación de actividades, el recorte de presupuestos y la falta de políticas culturales inclusivas.