Por Mario Marlo / @Mariomarlo

Como parte de un proceso de acompañamiento psicosocial, estudiantes de la primaria Benito Juárez en Temacapulín, Jalisco, realizaron dibujos donde se observa la Basílica de Nuestra Señora de los Remedios, construida en el siglo XVIII, cubierta por el agua de El Zapotillo, mientras que a su alrededor, los pequeños temacapulinences y habitantes de esta comunidad, flotan en las aguas de esta presa.

Durante la reunión sostenida, el pasado 5 de marzo, entre el Comité Salvemos Temacapulín, Acasico y Palmarejo, organizaciones y académicos que acompañan a las comunidades con Lázaro Cárdenas Batel, coordinador de asesores del gobierno de México, Javier Guerrero, de la Unidad de Gobierno de la Secretaría de Gobernación y representantes de la Comisión Nacional del Agua, dos pequeños habitantes de Temacapulín entregaron los dibujos a los representantes del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

“Buenas tardes, mi nombre es Jimena, vengo representando a los niños de Temaca, para decirles que nos ayuden con la presa del Zapotillo; no queremos que nos inunden porque allá hay mucha seguridad. ¿A ustedes les gustaría que les inundaran su pueblo? A nosotros tampoco.”

“Mi nombre es Zabdiel, yo vengo de Temacapulín, y quiero pedirles que por favor nos dejen vivir tranquilos, felices en nuestro pueblo y que Conagua que no nos amenace con sacarnos de Temaca”.

Los dibujos fueron realizados por 30 estudiantes de entre 6 a 12 años, quienes desde su nacimiento han vivido con la amenaza de la inundación de su comunidad, por lo que han “mamado” la lucha contra el proyecto Presa El Zapotillo–Acueducto Zapotillo León.

Mega proyecto conocido por las constantes violaciones a los derechos humanos de la población y la falta de transparencia del destino de 40 mil millones de pesos, invertidos hasta el día de hoy.

Para Elvia Susana Delgado, doctorada en Ciencias Sociales en la tesis: Trauma Psicosocial y Resistencia en Comunidades Amenazadas de Despojo por la Construcción de las Represas “El Zapotillo” y “Las Cruces”: Vivir Bajo Amenaza; señala que para la comunidad de Temacapulín, el vivir desde hace más de 13 años con la amenaza e incertidumbre de ser inundados por la construcción de la presa El Zapotillo, el ser desplazados de su territorio, de las falsas promesas de gobernantes y las constantes amenazas por parte de servidores públicos de alto nivel, se ha traducido en impactos psicosociales negativos en diversos aspectos de sus vidas y dinámicas comunitarias.

La Doctora en Ciencias Sociales por parte la Universidad de Guadalajara, detalla en su investigación que después de darse a conocer la amenaza del desplazamiento y la inundación de su territorio, la salud de la población, sobre todo la de la tercera edad y menores de edad, ha sido afectada, ya que esto ha generado estrés sostenido, de donde resaltan la alteración emocional, acompañado de sufrimiento, miedo, tristeza, ansiedad, desmoralización y dificultades para afrontar la situación llevando a la población a condiciones de vulneración emocional y física.

Para Delgado: “la preocupación se asocia al estrés y agravamiento de síntomas de enfermedades crónicas degenerativas, en casos extremos algunas muertes en la población”.

El grupo más afectado son los adultos y adultas mayores; ejemplo de ello, es la muerte de 26 personas entre el 2005, año en que fue anunciado el proyecto Presa El Zapotillo–Acueducto Zapotillo León, y 2010, periodo donde incremento la tasa ordinaria de fallecimientos, afectando principalmente a mujeres.

Otro sector vulnerable de la población son los niños y niñas de Temacapulín. El 44 % de los infantes han presentado niveles de ansiedad por arriba de la media con respecto a su edad con manifestaciones físicas, problemas emocionales, estados de alerta y preocupación internalizada con respecto a su ámbito social. Esto ha generado, transtornos del sueño, pesadillas, irritabilidad, inapetencia y otros síntomas psicosomáticos, lo que ha generado que los pequeños crezcan con incredulidad y desconfianza a las autoridades.

Para la Doctora Susana Delgado, desde la perspectiva psicosocial, todas estas afectaciones solo tienen una solución que es la de garantizar el bienestar psicológico y la convivencia social sana de los habitantes con la cancelación del proyecto.

“Todas las afectaciones son producto de la amenaza de despojo, y esa amenaza no desaparecerá, en tanto no se decrete la cancelación definitiva del proyecto, puesto que en la psique no se negocia, las personas de Temaca ya tienen una aversión irreversible a la represa como producto de la imposición del daño y las ofensas que han sufrido todos estos años. Desde la perspectiva psicosocial, ya no es tiempo de negociar, al menos no para el sujeto y el colectivo a nivel psicoemocional. Desde la perspectiva psicosocial lo que le queda al Estado es reparar el daño cancelando el proyecto y dejando a las personas vivir en paz.”

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