Desde 1990, Don Artemio edificó la panadería “Alex” en honor a su hijo mayor y desde hace 34 años comercializa pan en todo Tequixquiac, junto a sus hijos y nietos.
Las recetas de su pan semi artesanal realizado en horno continuo, han perdurado a lo largo del tiempo, ofreciendo la mejor calidad en cada pieza de bolillo, nube, beso, y rol, a los tequixquenses, desde su panadería y a través de camionetas que distribuyen en las diversas colonias y hogares de Tequixquiac, atendiendo además pedidos especiales y pan de temporada.
Horno continuo
El horno continuo tiene la peculiaridad de guardar el calor -de manera que casi nunca llega a enfriarse- puesto que su estructura y diseño no permiten que éste salga y que el pan se cosa de una manera rápida y precisa. El horno continuo de gas, consiste en una base en forma de laberinto en la parte inferior, una base de piedra en donde va el pan, y en la parte superior lámina, mientras que las paredes consisten de ladrillos rojos y por supuesto, una chimenea.
El horno en la Historia
De acuerdo con Laurosse el primer horno en la historia fue fabricado en Bersheva, Israel, hace 6,500 años.
Posteriormente, alrededor del año 2000 a. C. aparecieron en Egipto los primeros hornos para hacer pan. Dichos hornos constaban de una parte superior donde se colocaban los alimentos y una inferior que cumplía la función de quemador.
Tiempo después 500 a. C. los griegos perfeccionaron la técnica, agregando una puerta para controlar la temperatura. Y en los años veinte del siglo pasado se comenzó a usar el gas como alternativa a la leña y al carbón.
Fotografía por Alejandra GS. Instagram @gonzalezsolisalejandraFoto documental por Alejandra GS @gonzalezsolisalejandraFotografía por Alejandra GS. Instagram @gonzalezsolisalejandraFoto documental por Alejandra GS @gonzalezsolisalejandraFotografía por Alejandra GS. Instagram @gonzalezsolisalejandraFoto documental por Alejandra GS @gonzalezsolisalejandraFotografía por Alejandra GS. Instagram @gonzalezsolisalejandraFoto documental por Alejandra GS @gonzalezsolisalejandraFotografía por Alejandra GS. Instagram @gonzalezsolisalejandraFoto documental por Alejandra GS @gonzalezsolisalejandraFotografía por Alejandra GS. Instagram @gonzalezsolisalejandraFoto documental por Alejandra GS @gonzalezsolisalejandraFotografía por Alejandra GS. Instagram @gonzalezsolisalejandraFoto documental por Alejandra GS @gonzalezsolisalejandraFotografía por Alejandra GS. Instagram @gonzalezsolisalejandra
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Trabajo realizado durante el taller de Fotografía Documental de la Agencia 11.11. impartido por Mario Marlo / Somoselmedio.
¡Y que retiemble en sus centros la tierra… y Ayotzinapa! Pese a lluvias y microsismos, la lucha por la justicia sigue en pie. Manifestantes se hacen presentes en Paseo de la Reforma, este 26 de septiembre. Ayotzinapa no está solo.
26 de septiembre del 2024. CDMX.- La tarde de este jueves 26 de septiembre se cumplió el 10° aniversario de la desaparición de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa. Los manifestantes marcharon del Ángel de la Independencia hasta el Zócalo capitalino.
Previo al avance de los contingentes, un estudiante anónimo de la normal de Ayotzinapa me compartió unas breves palabras sobre su sentir ante la situación de sus compañeros.
“No cumplen con sus promesas el gobierno, por eso estamos aquí manifestándonos. Por nuestros compañeros nosotros sentimos algo así como tristeza y nos esforzamos por venir aquí a apoyar a los padres, ¿no? a lo que sea para llegar a la verdad, y que el gobierno nos entreguen los folios que hacen falta, que son 800”.
Las movilizaciones de los contingentes comenzaron a las 5 de la tarde guiados por una camioneta con carteles donde se podía leer “ni perdón, ni olvido” y un camión con altavoces en donde se podía escuchar la historia de lo acontecido hace 10 años: la desaparición de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa que fueron interceptados, agredidos y desaparecidos por elementos de la policía. También se pidió justicia por medio de los altavoces por Aldo Gutierrez, estudiante herido de bala que desde el ataque está en estado de coma y finalmente se pidió marchar en conjunto de forma pacífica, y arrancaron los contingentes rumbo al Zócalo.
La lluvia, el viento y los petardos lanzados dentro de algunos locales resonaban por todo Paseo de la Reforma y provocaban que la piel se erizara ya sea por frío, ya sea por miedo. Se escuchaban consignas como “el que no brinque es Peña”, “van a volver, las balas que disparaste van a volver, la sangre que derramaste la pagarás, el pueblo al que asesinaste no morirá, ¡NO MORIRÁ!”, “1,2,3,4… ¡43!”; acompañadas con el resonar de tambores, los contingentes avanzaron hacia el Zócalo. Los primeros en marchar fueron los estudiantes de la escuela normal rural de Ayotzinapa, la mayoría vistiendo playeras y paliacates negros.
Tras ellos siguieron varios grupos estudiantiles de diferentes instituciones como la UNAM, IPN, IEMS y la UACM portando símbolos como: 3 tumbas con cruces de cartón, fotos y nombres de los estudiantes; una figura militar con aspecto putrefacto sobre restos humanos; machetes con la leyenda “atenco rebelde”; un hombre con hojas en el torso y cabello; pancartas y carteles exigiendo justicia y señalando al estado como responsable; palomas de papel con los rostros de los estudiantes; banderas de Palestina y rojas con simbolismos antifascistas como la estrella roja, la hoz y el martillo, el EZLN, el Che y Pancho Villa.
Foto: Mario Marlo / @Mariomarlo
Me encontré con Vianey, una estudiante de la Lic. en Ciencias Sociales de la UACM, quién no encontraba su colectivo, pero eso no frenó que marchara hacia el Zócalo con su cartel en mano. Varios medios de comunicación se acercaron a ella para tomar fotografías y juntas nos reunimos con el contingente de la UACM cerca del caballito. Durante el recorrido no faltaron los disturbios como incendios y saqueos a algunos comercios capitalistas y extranjeros.
En una entrevista, Samanta Zaragoza, profesora e investigadora del plantel San Lorenzo Tezonco de la UACM, comentó que su universidad no solo se solidarizó en la marcha, sino que también organizaron una jornada en su plantel dedicada a las familias y estudiantes normalistas. Junto con la los docentes Tania Paloma, Ana Rosen, Samuel Cielo, Martha Olivares y varios estudiantes organizaron actividades como la instalación de las sillas con las fotos y nombres de los normalistas, un foro con presencia de familiares y estudiantes de Ayotzinapa y una tortuga de cartonería, la proyección de una película “Ayotzinapa, la noche en donde desaparecieron 43 estudiantes”seguida de un análisis. Además se organizó un círculo de la palabra donde estudiantes de la normal rural con reflexionaron sobre “qué significa ser normalista en tiempos de crimen de estado”, al concluir se invitó a la comunidad a la marcha y partieron rumbo al Ángel de la Independencia en un camión que les facilitó Julia de Servicios administrativos. Para finalizar la jornada se levantó el memorial, donde quedaron las fotografías de los estudiantes desaparecidos y sus flores.
Samanta también destacó la gratitud de los normalistas que asistieron el 26 de septiembre al círculo de la palabra, reconociendo la dedicación y compromiso ante el caso Ayotzinapa, generando satisfacción para ellos que son generaciones nuevas de la escuela rural normal de Ayotzinapa. Como docente, Samanta reflexiona sobre cómo la desaparición forzada en México ha marcado su vida, destacando que faltan no sólo 43, sino muchas más en todo el país.
Según un informe de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), la marcha finalizó pacíficamente alrededor de las 18:15 hrs con saldo blanco en el Zócalo. Sobre las vallas que rodeaban al palacio nacional se prendió fuego y pintó “viven en nuestra rebeldía” junto una tortuga, símbolo emblemático de la normal rural de Ayotzinapa.
Así se conmemoró el aniversario de la búsqueda de justicia para los estudiantes de Ayotzinapa. Cristina Bautista, madre de Benjamin Ascencio Bautista; Nicanora García, madre de Saúl Bruno García; y Santiago Aguirre, director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (prodh) en donde se ha llevado el seguimiento al caso de Ayotzinapa, compartieron sus reflexiones al finalizar la marcha.
Nicanora expresó la decepción que siente hacía nuestro actual presidente Andrés Manuel López Obrador, quién, al iniciar su gobierno prometió llegar a la verdad, pero siguen sin obtener resultados y no cumplió con su palabra, confirmando de esta manera lo que el estudiante anónimo entrevistado anteriormente compartió conmigo: “No cumple con sus promesas el gobierno”.
Durante mucho tiempo el sistema político mexicano estuvo basado en dos pilares: las leyes formales y explícitas que eran emanadas de la Constitución y de las leyes, y las reglas informales y no explícitas de la práctica política que también tenían un peso específico. Estas reglas se tenían que cumplir al pie de la letra porque para todos era claro que, para las primeras, no se podía -ni se puede- violar la Carta Magna porque para ello está codificado todo el engranaje jurídico. El otro pilar que sostenía al sistema eran las reglas no escritas que no tenían fundamento legal pero que se aplicaban en la práctica, también, al pie de la letra. Estas reglas no codificadas (o metaconstitucionales, como en su momento las llamó Jorge Carpizo) tenían un peso específico dentro del sistema político mexicano, porque quien no se alineaba simplemente se convertía en un político en desgracia y su carrera estaba terminada.
Hay innumerables casos de actores políticos que se les aplicaron unas y otras reglas que les dieron proyección y permanencia o bien, que su carrera política quedó frustrada por no acatar las reglas escritas y las no escritas.
Así funcionó durante décadas el sistema político. No está de más decir que el abuso y desgaste de estas reglas llevó hacia el final del siglo pasado, precisamente, a la decadencia de mecanismo que terminó en fracturas y escisiones que se fueron convirtiendo en un sistema caduco frente a una sociedad que despertaba de un letargo.
Aun con ello algunas de esas reglas siguieron funcionando. Una de ellas era que una vez que se declara el ganador de la elección presidencial, el presidente en funciones comenzaba su retirada. Para ello, reducía sus actividades públicas y políticas, dejaba de aparecer en actos donde él era el centro.
Basta recordar que en el sexenio anterior, el entonces presidente Enrique Peña Nieto dejó que el presidente electo Andrés Manuel López Obrador apareciera en los medios a efecto de ir tomando, desde antes de rendir protesta, las decisiones que a partir del 1 de diciembre de ese 2018 su gobierno asumiría.
Sin embargo, esa regla no escrita se rompió (o no se cumplió) en el actual gobierno. Como se acaba de mencionar, desde antes que el presidente Andrés Manuel López Obrador tomara el cargo se asumió como el protagonista de su gobierno. No estaba mal pues para ese momento se entendió que él era quien tomaría las riendas del siguiente sexenio. Una vez en el cargo, desde el primer día se dejó ver “el estilo personal de gobernar” con sus conferencias mañaneras. De la misma manera, a diferencia de otros mandatarios que los fines de semana no tenían actos públicos, el presidente López Obrador ocupó los viernes, sábados y domingos, para hacer visitas en los estados y, de paso, hacer declaraciones para tener presencia en los medios locales y nacionales.
Pero lo que más sobresale de esta forma distinta de gobernar es que una vez que pasaron las elecciones, el presidente no bajó su actividad política ni muchos menos su presencia en los medios. Lejos de eso, el mandatario continuó dando conferencias mañaneras igual de largas y abundantes como lo hizo durante todo su sexenio. Esta cobertura de los medios obligó a la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo a hacer sus declaraciones y conferencias de prensa en hora distinta a las mañanas para no empalmar con las del presidente.
El periodo del interregno (entendido como el espacio de tiempo en el que hay una duplicidad en el gobernante, pues el que está en funciones aún no se va, y el que llega formalmente aun no asume el cargo) servía en el régimen priista para el reacomodo de la clase política, desechar a los que no se quedarían en el nuevo gobierno y acomodar a los que asumían un cargo en la nueva administración. Hoy no hubo ese intervalo, pues López Obrador no dejó un espacio a Sheinbaum. Más bien, para mostrar colaboración y cooperación entre el saliente y la entrante, el presidente invitaba a la presidenta electa a sus giras los fines de semana y con ello daban muestra de una colaboración y un traslado del poder sin sobresaltos. Pero la batuta la seguía teniendo el presidente.
Es decir, López Obrador no soltó un mínimo durante todo su mandato. Asumió el cargo veinticuatro, siete, seis, es decir, siete días a la semana, las veinticuatro horas por los seis años de su mandato. Si bien se podría decir que fue electo para cubrir todo ese lapso, dentro de las reglas informales y no escritas estaba dar oportunidad al próximo mandatario (ahora mandataria) de ir ocupando el espacio del presidente en funciones.
Esta postura de no ceder es el claro ejemplo de lo que fue el mandato de López Obrador. Desde el principio hasta el final es el protagonista y no quiere que le quiten los reflectores. Hasta el último minuto de su mandato será el presidente ocupando todas las áreas. En una de sus últimas mañaneras anunció que una vez dejado el cargo no se irá inmediatamente a su rancho en su natal Tabasco, sino que se quedará un tiempo en la Ciudad de México para “aclimatarse”. No vaya a ser que una vez dejado el cargo quiera seguir como protagonista.
Se cumplieron 10 años de la desaparición forzada de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Un largo camino de injusticia, de impunidad, pero sobre todo, de resistencia.
Ciudad de México, 27 de septiembre de 2024.- El 26 de septiembre del año en curso, se cumplieron 10 años de la desaparición forzada a manos del Estado, de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa.
Después de estos años de lucha, los padres y madres de los estudiantes, siguen exigiendo justicia y la verdad sobre el paradero de sus hijos.
Desde el Ángel de la Independencia hasta el Zócalo de la Ciudad de México, madres y padres junto con estudiantes normalistas, contingentes, colectivos y personas en apoyo, marcharon como acto de protesta.
En la conmemoración de los 10 años se vivió una movilización llena de sentimientos, consignas, acompañamiento, carteles, actos simbólicos, acciones directas, denuncias hacia el Estado por la injusticia y el incumplimiento, con el fin de visibilizar y hacer un llamado a que se siga luchando por la verdad de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
“Que los ojos de los desaparecidos te persigan en tus sueños y el llanto de sus madres no te dejen dormir”.
¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!
Fotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Iván Ramírez/ @ivan.yairhFotografía por Iván Ramírez/ @ivan.yairhFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Iván Ramírez/ @ivan.yairhFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Iván Ramírez/ @ivan.yairhFotografía por Ximena Badillo/ @mena_cozca_picsFotografía por Iván Ramírez/ @ivan.yairhFotografía por Iván Ramírez/ @ivan.yairh
26 de septiembre del 2014 marcó una herida significativa en la historia de México con la desaparición de 43 normalistas la noche trágica en Iguala, Guerrero. En la fecha emblemática de este 2024, sus madres y padres continuaron exigiendo la verdad arrebatada otro sexenio presencial.
Con gran indignación y emotivas consignas, salieron a marchar para visibilizar 10 años de una búsqueda sin respuestas por aquello suscitado en Ayotzinapa.
El pasado 26 de septiembre del 2024, fecha que marcó una década sin justicia ni verdad, donde la desolación y olvidó arrasó otro ciclo presidencial, tras la búsqueda de 43 normalistas desaparecidos en una noche crítica en las calles de Iguala, Guerrero.
Sin novedades por el Estado, una vez más las madres y los padres de las víctimas desbordaron indignación durante la marcha que recordaría los hechos del 2014.
En compañía de normalistas, organizaciones y simpatizantes se dejó en claro una fuerte rabia persistente ante un caso que continúa sin resoluciones.
“¡Sin justicia no hay paz!” “¡Vivos los queremos!”, resonaron las consignas desde los rincones del Ángel de la Independencia en Ciudad de México hasta la Plaza de la Constitución para reiterarle al presidente Andrés Manuel López Obrador el momento en el que se convirtió en el cómplice de quienes desaparecieron a sus hijos, cuando decidió darle la espalda al pueblo al encubrir al Ejército y dejar libre a los culpables.
La lucha por 43 estudiantes desaparecidos continua incansablemente hasta la reversión de la impunidad con huellas de 10 años.
Aún con bloqueos e impedimentos, los padres y las madres declararon seguir su búsqueda hasta encontrar la verdad.
Fotografía por Denisse Ureña.Fotografía por Jorge YeicatlFotografía por Denisse Ureña.Fotografía por Jorge YeicatlFotografía por Denisse Ureña.Fotografía por Jorge YeicatlFotografía por Denisse Ureña.Fotografía por Jorge YeicatlFotografía por Denisse Ureña.Fotografía por Jorge YeicatlFotografía por Denisse Ureña.Fotografía por Jorge YeicatlFotografía por Denisse Ureña.Fotografía por Jorge YeicatlFotografía por Denisse Ureña.
Familiares y colectivos de desaparecidos denuncian el ataque como una agresión a la memoria de los jóvenes, exigiendo protección para los memoriales y justicia ante la impunidad que persiste en el caso Ayotzinapa.
Ciudad de México, 27 de septiembre de 2024. Este 26 de septiembre, en el marco del décimo aniversario de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa, familiares de los estudiantes desaparecidos y organizaciones sociales colocaron un memorial con los rostros de los jóvenes en la avenida Paseo de la Reforma, junto al Antimonumento +43, en la Ciudad de México. Sin embargo, la mañana de este viernes, el memorial amaneció vandalizado, con varios de los rostros de los 43 estudiantes dañados.
A través de un comunicado, colectivos de familias de personas desaparecidas denunciaron que el ataque a los rostros de los normalistas no es simplemente un acto de vandalismo, sino una agresión directa contra la memoria y la dignidad de quienes han luchado incansablemente por la verdad y la justicia.
“Repudiamos este acto de desprecio y odio hacia los jóvenes y sus familiares. Exigimos al gobierno de la Ciudad y al gobierno federal que brinden protección a los memoriales que, con tanto esfuerzo, hemos colocado para que nadie olvide a las personas desaparecidas y para seguir exigiendo verdad y justicia por nuestros hijos e hijas”, expresaron.
En el comunicado, las familias de los desaparecidos exigieron tanto a las autoridades locales como federales la protección inmediata de los memoriales.
“Demandamos que se investigue y castigue a quienes hayan dañado los memoriales, y solicitamos enérgicamente que se restauren, ya que son fruto de nuestra lucha y una parte vital de la memoria que las familias de personas desaparecidas impulsamos”, subrayan en el documento.
A diez años de la desaparición forzada de los estudiantes, el caso Ayotzinapa sigue siendo una herida abierta para México. Los padres y madres de los desaparecidos continúan exigiendo justicia y respuestas claras. Las investigaciones, plagadas de irregularidades, han sido objeto de críticas tanto a nivel nacional como internacional.
En palabras de los colectivos de familiares: “La memoria no se borra”. Mientras los responsables de la desaparición de los estudiantes sigan impunes, la sociedad continuará alzando la voz en demanda de verdad y justicia. Los memoriales, incluso en su estado dañado, son un recordatorio constante de que la búsqueda no cesa y que la lucha por los desaparecidos sigue más vigente que nunca.
Familiares de los 43 normalistas desaparecidos exigen justicia en una emotiva marcha en Guadalajara, recordando que, a una década de los hechos, la verdad sigue oculta y la impunidad prevalece.
Guadalajara, Jalisco, 27 de septiembre 2024.- Este 26 de septiembre se cumplió una década desde la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, un hecho que sigue siendo una herida abierta en el corazón de México. En Guadalajara, como en muchas otras ciudades del país, miles de personas se congregaron para exigir justicia y verdad, reafirmando que, a pesar del paso del tiempo, la exigencia por la aparición con vida de los jóvenes no ha cesado.
Con pancartas, consignas y retratos de los 43 estudiantes, la marcha en Guadalajara fue un espacio de memoria y resistencia. El evento no solo recordó la brutalidad de los hechos ocurridos en Iguala, Guerrero, en 2014, sino también la falta de justicia que ha caracterizado la respuesta gubernamental desde entonces.
Uno de los momentos más emotivos de la manifestación fue la participación de los dos padres de los estudiantes desaparecidos, quienes siguen en la incansable búsqueda de sus hijos. Pablo Hernández Morales, padre de Miguel Ángel Hernández Martínez, uno de los 43, tomó el micrófono y expresó con profunda tristeza y rabia su sentir hacia las autoridades responsables. “Este gobierno es indiferente. Peña Nieto no está en la cárcel, y él fue el responsable de haber mandado a sus soldados a atacar a nuestros hijos. Él debe estar en la cárcel”, afirmó Hernández.
A diez años de la desaparición forzada de los 43, la demanda sigue siendo la misma: verdad y justicia. Los familiares no han dejado de señalar que el gobierno ha tratado de desviar la atención del caso, entregando información errónea o insuficiente. “Nosotros queremos justicia, porque ya se cumplen 10 años y no sabemos nada de nuestros hijos”, añadió Pablo Hernández, visiblemente emocionado por la solidaridad que encontró en Guadalajara.
“Nos han querido entregar otros cuerpos que no son, han mentido sobre lo que ocurrió en el basurero de Cocula, pero nosotros sabemos que se llevaron a nuestros hijos con vida y los queremos de regreso”, concluyó.
Otro de los padres, Bernabé de la Cruz, cuya lucha por encontrar a su hijo Adán Abraham ha sido incansable, compartió su frustración con los asistentes. “Diez años para nosotros como padres han sido muy duros. Desde el inicio, hemos sido nosotros quienes hemos tenido que hacer de investigadores, buscando a nuestros hijos por nuestra cuenta”, señaló. De la Cruz destacó cómo el gobierno de Enrique Peña Nieto, en lugar de colaborar, intentó cerrar el caso con mentiras.
“Nos ofrecieron dinero, quisieron callarnos, pero nosotros seguimos pidiendo a nuestros hijos. No creemos en lo que nos dijeron sobre el basurero de Cocula. Sabemos que hubo tortura para obtener esas declaraciones, y eso no es justicia”.
La frustración de los familiares no se limita a la administración de Peña Nieto. De la Cruz también criticó al actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien, según él, hizo promesas vacías durante su campaña. “López Obrador es lo mismo que Peña Nieto. Se comprometió a llegar al paradero de los jóvenes y no lo ha hecho. Al contrario, nos ha tachado de ignorantes y ha ignorado los informes que señalaron la participación del ejército”, lamentó.
La marcha en Guadalajara, al igual que en otras ciudades, no solo exigió justicia por Ayotzinapa, sino que visibilizó el problema de las desapariciones forzadas en todo el país. “Sabemos que no solo son 43, hay miles de desaparecidos”, recordó Bernabé de la Cruz.
Guadalajara, una ciudad con su propia historia de desapariciones forzadas y violencia estatal, se sumó así al clamor nacional por justicia. Las palabras de agradecimiento de los familiares hacia los manifestantes fueron emotivas. “Gracias Guadalajara por no dejarnos solos, por seguir levantando la voz”, expresó Pablo Hernández.
Al cierre de la marcha, los participantes reiteraron su compromiso de no dejar que el caso caiga en el olvido. La demanda sigue vigente: justicia y verdad para Ayotzinapa, justicia y verdad para México.
Padres y madres de los 43, en compañía de normalistas tomaron el Zócalo Capitalino para expresar la falta de compromiso por parte de AMLO a 10 años conmemorados por la lucha Ayotzinapa. Se reiteró la búsqueda de respuestas y el regreso de organizaciones que apoyaron con la investigación.
Ciudad de México, 27 de septiembre del 2024.-El día lluvioso del pasado jueves 26 de septiembre se cumplieron 10 años de impunidad en el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Padres y normalistas se dieron cita en Ángel de la Independencia para caminar emotivamente hacia el Zócalo Capitalino, donde hace 6 años AMLO tomó posesión prometiendo al pueblo revelar la verdad histórica del crimen de Estado. Al término próximo de su sexenio, se va sin entregar avances sobre el paradero de los normalistas.
Durante el recorrido, estudiantes de diversas normales rurales, con el acompañamiento de colectivos, organizaciones y simpatizantes recordaron el caso declarando haberse podido resolver en menos de 72 horas.
Asimismo, recalcaron que tanto el expresidente Enrique Peña Nieto como Andrés Manuel López Obrador fallaron como gobierno, a causa de la falta de respuestas sobre el paradero de los hijos de 43 familias.
Fotografía por Denisse Ureña
El abogado y defensor de Derechos Humanos, Vidulfo Rosales Sierra, quien también representa a las familias afectadas, denunció que las autoridades intentaron sabotear la marcha al colocar barreras de cemento para bloquear el avance de los manifestantes.
Rosales destacó que, además de negarles la verdad a las familias, se traicionó la lucha por la justicia.
“Es inaceptable que, sumado al dolor y sufrimiento diario de nuestras madres, hoy también se les obstruya el camino”, declaró.
Hilda Legideño madre de Jorge Antonio Tizapa expresó la falta de compromiso del presidente al no entregar los 800 folios faltantes para seguir avanzando en la investigación, reiteró a su vez“el regreso del grupo de expertos porque son los únicos que nos han llevado hacia la verdad, los gobiernos que han puesto obstáculos poniendo tantas mentiras”.
Fotografía por Denisse Ureña
Mario González, padre de César Manuel González Hernández declaró como traidor a Andrés Manuel López Obrador por las últimas declaraciones expuestas sobre el Ejército y la negación de su participación.
Así mismo, cuestionó ¿cómo un presidente de izquierda puede ser tan humanista y jugar con el dolor de la gente? Declarando a la vez que“un país libre podrá seguir expresándose cuando están planeado militarizar a México entero” .
En relación al último informe entregado por los expertos en el 2022 cuestionó la participación de la ya existente policía federal y policías estatales la noche en Iguala, Guerrero.
Acto seguido, un representante de los normalistas tomó la palabra diciendo que el“ser estudiante y normalista es una condena, y ser de Ayotzinapa es muerte”, también añadió“cómo podemos permitir que un gobierno se dice ser del pueblo e invierta más en la militarización y reduzca los fondos para las instituciones educativas”.
Fotografía por Denisse Ureña
Enunciaron que la nueva administración tendrá un personaje que estuvo en los hechos de Iguala es por eso que, los normalistas cuestionaron la llegada de Omar García Harfuch a la Secretaría Seguridad .
De acuerdo al representante normalista: “García Harfuch buscaría implementar tácticas hechas por las fuerzas armadas de Israel donde aseguraron que la represión va a ser su arma fuerte.”
Fotografía por Denisse Ureña
Los normalistas mencionaron que AMLO tuvo 6 años para resolver el crímen, pero las investigaciones se pararon cuando se topo con el Ejército para la entrega de los folios restantes.
Ahora, para la próxima electa presidenta, los padres y estudiantes esperarían que no se olviden de la gran responsabilidad de dar continuidad al caso para darle tranquilidad a las 43 familias y compañeros normalistas que han sufrido durante estos 10 años.
El mitin contó con alrededor de 10,000 personas, donde retumbaron voces de coraje y tristeza ante una lucha que no cesa. Mencionaron que no descansarán hasta obtener la verdad y justicia.
Fotografía por Denisse UreñaFotografía por Denisse UreñaFotografía por Denisse UreñaFotografía por Denisse UreñaFotografía por Denisse UreñaFotografía por Denisse Ureña.
En un foro realizado en la UACM, estudiantes de la Normal Rural “Isidro Burgos” compartieron sus vivencias a una década de la desaparición de sus compañeros, invitando a la sociedad a unirse en las marchas y manifestaciones por la verdad y justicia.
26 de septiembre, CDMX. Al cumplirse diez años de lucha y resistencia por los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, estudiantes de la Escuela Normal Rural “Isidro Burgos” participaron en un foro universitario en el plantel Tezonco de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM). El evento se enmarcó dentro de la jornada “Memoria, Resistencia y Lucha”, y sirvió como preámbulo para la marcha conmemorativa de este jueves en la Ciudad de México.
Durante el foro, cuatro estudiantes normalistas expusieron su perspectiva sobre la violencia de Estado y el valor de la educación rural. “Ayotzinapa es nuestra segunda madre, porque nos dio alimento, vestimenta y educación. Pero el coraje viene de no tener respuestas sobre el paradero de nuestros 43 compañeros”.
A diez años de la noche de Iguala, los jóvenes normalistas describieron los desafíos que enfrentan al ser parte de una institución que, según señalaron, es vista con desprecio, pena o incluso miedo por personas externas al estado de Guerrero. Además, recalcaron que es su responsabilidad mantener viva la memoria de sus compañeros desaparecidos, renovando constantemente la información sobre lo ocurrido en 2014.
En su intervención, invitaron a los asistentes a involucrarse en la lucha por la justicia, exhortándolos a participar en marchas y manifestaciones. “La gente nos pregunta cómo pueden apoyar. Creo que una de las formas es acompañándonos en las marchas que se hacen mes a mes. No pedimos dinero, no lucramos; el apoyo que necesitamos es que nos acompañen, que acompañen a los padres de los desaparecidos, y que juntos gritemos las consignas”.
Los futuros maestros rurales también explicaron su vocación por trabajar en comunidades vulnerables, donde creen firmemente que la educación es una herramienta para mejorar las condiciones de vida. “Sabemos que estudiar es fundamental para el progreso de nuestras comunidades; queremos nutrir a nuestra gente con conocimientos y experiencias”, afirmaron.
Uno de los normalistas compartió su pasión por el magisterio, relatando cómo, cada día, al entrar al aula, sus estudiantes lo reciben con un abrazo. “Que me llamen maestro y me cuenten sus problemas es un privilegio que no tiene precio. Pero para seguir enseñando, tenemos que alzar la voz, no quedarnos callados”, enfatizó, destacando que la lucha por las normales rurales y por la verdad de los 43 estudiantes desaparecidos debe continuar con unidad y fortaleza.
El foro concluyó con una sesión de preguntas, donde los asistentes pudieron expresar sus dudas y profundizar en la experiencia de ser normalista en estos tiempos. Al cierre, los gritos de lucha resonaron en el auditorio: “Veintiséis de septiembre, no se olvida. Es una lucha compartida. Veintiséis de septiembre, no se olvida”.
En el marco del décimo aniversario de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa, estudiantes de la Escuela Normal Rural Miguel Hidalgo en Jalisco, se manifestaron en el centro de la ciudad de Guadalajara para mantener vigente y activo el reclamo de justicia y no olvido.
Durante la manifestación estuvieron presentes Pablo Hernández Morales padre de Miguel Ángel Hernández y Bernabe Abrajan padre de Adán Abrajan.
La Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, la Asamblea Popular y Solidaria de Jalisco y el Comité de Solidaridad con Palestina GDL acompañaron al Comité Estudiantil de la Normal de Atequiza en la exigencia de justicia a 10 años de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
La manifestación fue convocada para salir del Parque Rojo rumbo a Plaza de Armas en el centro histórico de Guadalajara. Bernabe Abrajan padre de Adán Abrajan de la Cruz y a Pablo Hernández Morales padre de Miguel Ángel Hernández Martínez, ambos estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa aún desaparecidos, estuvieron presentes abanderando la movilización.
“1, 2, 3, 4 (…) 41, 42, 43, JUSTICIA” fue la consigna que dio inicio a la manifestación.
Más de 150 estudiantes normalistas encabezaron la manifestación en Jalisco.: “Esta marcha no es de fiesta, es de lucha y de protesta” corearon durante su recorrido..
Realizaron diversos performance, uno de ellos consiste en correr en línea recta, como muestra de un mecanismo de cuidado colectivo.
“1, 2, 3, 4 (…) 41, 42, 43, JUSTICIA”, fue el reclamo con el que anunciaron su llegada a Palacio de Gobierno.
La manifestación se concentró en la explanada de la Plaza Imelda Virgen, donde estudiantes e integrantes de los colectivos que les acompañaron se posicionaron contra el crímen cometido hace diez años, haciendo un llamado persistente a la ciudadanía que pasaba por la zona.
Por su parte, Bernabe Abrajan padre de Adán Abrajan de la Cruz reconoció haberse convertido en investigador, al igual que el resto de padres en la búsqueda de su hijo y los hijos de sus compañeros:
“Cómo padres de familia tuvimos que hacerla de investigador, buscando información sobre el paradero de nuestros hijo, buscamos por todas partes de iguala, más sin embargo, nunca dimos con ellos”expresó.
Bernabe Abrajan padre de Adán Abrajan de la Cruz
Finalmente, Pablo Hernández Morales padre de Miguel Ángel Hernández expresó la indiferencia del Gobierno Mexicano en la búsqueda de su hijo y la deuda que todavía permanece pendiente:
“No está en la cárcel Peña Nieto, él es el responsable por mandar al ejército a atacar a nuestros hijo, él debe estar en la cárcel, se esconde. Nosotros queremos justicia ya, este día se cumplen 10 años”.
A la fecha, pese a “los esfuerzos” institucionales y la promesa del presidente López Obrador de encontrar a los 43 normalistas antes de la conclusión de su mandato, no se tiene información sobre qué pasó ese 26 de septiembre ni del paradero de los estudiantes.
Pablo Hernández Morales padre de Miguel Ángel Hernández