Deja tú lo guapas… ¡son cabareteras!

Las cabareteras Astrid Hadad, Regina Orozco, Jesusa Rodríguez, Liliana Felipe han sentado precedente en los escenarios mexicanos. Junto a ellas, también están los grupos como Las Reinas Chulas, Las Hijas de Safo, entre otros más.

Las décadas de los años 40 y 50 del siglo pasado vivieron el apogeo de las cabareteras y rumberas cinematográficas como Ninón Sevilla, Meche Barba, María Antonieta Pons, Rosa Carmina, entre otras. Sucesoras e inspiradas en estas divas del celuloide -además de recibir muchas influencias artísticas más-, en la actualidad contamos con otras célebres cabareteras que destacan en la escena contestataria y contracultural.

En los años 90 del siglo XX Astrid Hadad presentaba su show de Heavy Nopal en el Bar Cristal, y luego en el bar Bugambilia, interpretando principalmente canciones de Lucha Reyes. Previo a esto, Astrid ya había actuado en la obra de teatro “La occisa” y en la ópera “Donna Giovanni”, versión de Jesusa Rodríguez y Alicia Urreta, la cual tuvo un éxito inusitado en su gira europea. Tras el cierre del bar Bugambilia, Astrid se trasladó con sus bártulos y sus vestuarios sui géneris a un rincón del restaurante La Bodega el cual se abarrotaba cada noche función tras función. Fue entonces que Astrid comenzó a internacionalizarse presentando sus shows en diversas latitudes y múltiples festivales. Tras algunos años, La Bodega abrió El Bataclán, un espacio para espectáculos musicales y cabareteros, donde Astrid ha cosechado aplausos, sin dejar sus giras por el interior de México y por el extranjero. Ella misma diseña sus vestuarios y suele escribir sus espectáculos, siempre con una carga de ácida crítica política y social. Multifacética como es, también ha incursionado como actriz en la televisión y en el cine, y sobre ella se han hecho varios documentales.

La soprano Regina Orozco es poseedora de una voz enorme e inconfundible a quien se le conoce como “La megabizcocho”. Estudió ópera y actuación, y ha alternado su vida profesional entre el canto, los escenarios y el cine. Actuó en shows de cabaret dirigidos por Jesusa Rodríguez y actualmente monta sus propios espectáculos, siempre jocosos y con una buena dosis de reflexión. Ha grabado varios discos y ha participado en más de 30 películas con directores como Alex de la Iglesia, Alfonso Cuarón, Carlos Carrera, Arturo Ripstein, Teresa Suárez, Ximena Cuevas, entre otros. Por la película “Profundo Carmesí” recibió un premio Ariel como mejor actriz y fue nominada en esa misma categoría en el Festival de Venecia. Su voz es tan versátil que es capaz de cantar desde un aria hasta una canción vernácula o una balada de los años 60. Su actividad artística la combina con su labor social participando en campañas contra la homofobia, contra el VIH-SIDA, en apoyo a los derechos de la mujer y de la comunidad LGTB. En el 2016 celebró sus felices 45 años de trayectoria.

Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe son la pareja que revolucionó el cabaret mexicano cuando transformaron la casa del escritor Salvador Novo para convertirla en el Teatro-Bar El Hábito. Jesusa estudió teatro bajo la tutela de Julio Castillo y posteriormente dirigió puestas como la inolvidable “Donna Giovanni”, “El Concilio de Amor”, “Macbeth”, la versión teatralizada del poema de Sor Juana Inés de la Cruz “Primero Sueño”, entre muchas más, sin embargo su trabajo en el cabaret renovó al género e hizo historia marcando un antes y un después. Actuó y dirigió la mayoría de los espectáculos que se presentaron en El Hábito provocando un fenómeno insólito en el que personalidades y políticos atiborraban el lugar para disfrutar de la sátira política y social más cáustica y descarnada. Ama y señora del travestismo, ha interpretado a personajes como Carlos Salinas de Gortari, al papa Karol Wojtila, Francisco I. Madero y Charles Darwin, entre muchos más.

Por su lado, Liliana Felipe es una cantante y compositora de origen argentino que se exilió en México tras la dictadura militar de 1976. Debido a su enorme compromiso, Liliana plasma frecuentemente una visión política y social en sus composiciones y participa en diversas luchas por los derechos humanos y no humanos. Ha escrito cientos de canciones, algunas en mancuerna con Jesusa, y a la fecha cuenta con 20 discos. Además de componer música para cabaret, lo ha hecho para teatro y para cine. En 2007 Jesusa y Liliana se casaron siendo una de las primeras cuatros parejas en hacerlo cuando se aprobó el matrimonio igualitario en la Ciudad de México. Ambas han participado activamente en diversos movimientos por la democracia, en defensa del petróleo, del maíz, apoyando los derechos de las mujeres y muchas otras causas sociales.

No menos importantes son otras cabareteras como Las Reinas Chulas quienes tomaron El Hábito -cuando Jesusa y Liliana decidieron retirarse-, para transformarlo en El Vicio; el grupo está conformado por Ana Francis Mor, Cecilia Sotres, Marisol Gasé y Nora Huerta quienes además fundaron el Festival Internacional de Cabaret y son activistas por los derechos femeninos, así como de la comunidad LGTB.

Con más de diez años en los escenarios, otro grupo es el de Las Hijas de Safo, integrado por Isabel Almeida, Gabriela Gallardo y Brissia Yeber, quienes han recibido gran influencia y apoyo de otro célebre cabaretero Tito Vasconcelos. Más que espectáculos políticos, ellas abordan asuntos sociales sobre la mujer y la violencia de género.

En los escenario cabareteros no podemos olvidar a otras actrices como Laura Almela, Nora Velázquez y Martha Ofelia Galindo, quienes actuaron en muchos espectáculos dirigidos por Julián Pastor; Norma Angélica, que también es conocida como actriz de cine, teatro y televisión; Minerva Valenzuela “La del Cabaret”, cabaretera feminista y vegana; Chuchi 3 pesos; Leticia Pedrajo “La teatrera solitaria” con una trayectoria de más de 20 años; así como Marcela Morett, Sandra Sánchez Cantú, Yuriria del Valle, Montserrat Marañón, Valeria Vera, Regina Blandón y Dalilah Polanco quienes han actuado en varios espectáculos dirigidos por el escritor, actor y director Juan Ríos Cantú.

Algunas de estas cabareteras han recibido becas del Estado, sin embargo su trabajo ha sido preponderantemente independiente y multiusos convirtiéndose, además de ser cantantes y actrices, en empresarias, productoras, promotoras, autoras de sus espectáculos y todo lo habido y por haber en la ardua labor artesanal propia del cabaret.

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