Ciudad de México 24 de septiembre, 2017. –Han pasado cinco días desde que, tras las graves consecuencias del terremoto que sacudió la ciudad de México el 19 de septiembre, miles de jóvenes universitarios se lanzaran a las calles, espontáneos y solidarios, para organizar y participar en todo tipo de trabajos: levantar y acarrear cascajo; organizar centros de acopio, recibiendo la ayuda y distribuyéndola en brigadas hacia los pueblos afectados de todo el centro del país; preparar comida; transportar herramientas, alimentos, todo tipo de enceres de un lado a otro de la ciudad; organizar las brigadas estudiantiles de psicólogos, médicos y veterinarios; y, las de arquitectos e ingenieros que están recorriendo la ciudad para valorar los daños de casas y edificios reportados por sus habitantes.

Sin embargo, dice Abril Ramírez estudiante de Ingeniería Civil de la FES Acatlán, quien desde el miércoles se encuentra como brigadista en el centro de acopio del Parque España en la colonia Condesa, “ahora todos los estudiantes, que aquí somos la mayoría, de diferentes universidades, estamos muy preocupados por que las autoridades han llamado a regresar a clases el lunes ¿qué va a pasar con el centro? ¡Esto no ha terminado, falta mucho por hacer, por reconstruir!”.

Pablo, estudiante de biología de la UNAM, que va de un lado a otro con su bicicleta transportando agua, herramientas, comida dice “yo de plano no voy a ir a clases. Si repruebo ni modo, hay cosas más importantes ahora y los profesores deberían entenderlo.” A su alrededor sus amigos asienten  y comienzan a discutir el tema ¿ir o no ir a clases? ¿cómo seguir organizados? La indignación que les produce sentir que a las autoridades de sus universidades, no importa si son de la UNAM, del IPN, de la Salle, del Tecnológico de Monterrey, de la UVM, etcétera, lo único que les interesa es “regresarlos a la normalidad”.

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